Publimetro Guadalajara

FERNANDO QUIRARTE

Sheriff, quien fuera jugador y entrenador tanto del Guadalajar­a como del Atlas, habla en exclusiva con Publimetro sobre el Clásico tapatío

- @huerta_cesar

CÉSAR HUERTA Cuando se trata del Clásico tapatío, Fernando Quirarte es una de las voces más autorizada­s. Fue jugador y entrenador tanto de Chivas como del Atlas; es declarado rojiblanco, nunca ha ocultado que el Rebaño Sagrado es el equipo de sus amores y por eso espera que su equipo encuentre buena fortuna este sábado frente a los Zorros.

El Sheriff atiende una charla exclusiva con Publimetro en la que recuerda los clásicos que vivió, relata cómo un símbolo de Chivas terminó vendido al Atlas y además expresa su confianza en que el actual técnico, Tomás Boy, aún pueda levantar al Guadalajar­a.

Conoces esta rivalidad desde niño, jugaste con ambas camisetas, dirigiste a los dos equipos. ¿Por qué crees que es tan importante el Chivas–Atlas?

— Tuve la oportunida­d de vivirlo de jugador de los dos lados, de entrenador de los dos lados y la verdad sí sé lo que se siente. Es un Clásico muy viejo, muy añejo, más viejo que el América-Guadalajar­a. Es importante porque es el partido de la ciudad, de Jalisco prácticame­nte. Lo viví intensamen­te, sabiendo la importanci­a que revestía. Lo más importante es cómo lo vive la Fiel del Atlas y la porra que es inmensa de Chivas. Tengo muy bonitos recuerdos, hice gol de Guadalajar­a contra Atlas y con el Atlas contra Guadalajar­a. Son cosas que ahí quedarán en el recuerdo.

¿De todos los clásicos que te tocó vivir, cuál se te quedó más grabado?

— Te soy sincero, soy bien desmemoria­do. En el primer Clásico después de que salí de Chivas, que me pude ir a la UdeG, pero al final me fui al Atlas, el primer partido que me tocaba era contra Chivas, increíble, en el Estadio Jalisco, y me expulsaron, primero expulsaron a Benjamín Galindo y después a mí en una barrida con el Chepo de la Torre que hizo más teatro que nada (risas). Me acuerdo la rechifla monumental, pero son gajes del oficio. Decirte con cuál me quedo sería complicado.

Eres abiertamen­te rojiblanco y fuiste campeón con Chivas. ¿Qué significó para ti ponerte la camiseta del Atlas y cómo fue que un símbolo del Guadalajar­a fue traspasado a ese equipo?

— En ese tiempo ya estaban empezado a cambiar las cosas. Tú sabes que uno como deportista profesiona­l, siempre busca un objetivo, una mejora económica, buscas asegurar tu futuro porque sabes que en cualquier momento puedes tener una lesión y quedas incapacita­do para volver a trabajar en el futbol. En mi caso, cuando se presenta esa oportunida­d, fui orillado, sí fui orillado porque yo venía de ser campeón… qué bueno que aprovecho para contar esta historia. Además de ser campeón, venía de un Mundial y sentía que era el momento en que podía cobrar mejor de lo que había hecho en los 10 años anteriores. Lógico, cuando pido un incremento se me niega por parte de Marcelino García Paniagua, que en paz descanse. Se me niega ese incremento y me ponen transferib­le. Gracias a Dios, me empiezo a cotizar, hablé con Monterrey, Cruz Azul, apareció Atlas, UdeG. Me llamó mucho la atención la oferta de Atlas y creo que también a Chivas. Era el momento en que podían recuperar algo de lo que habían gastado en mi formación, eso quiero pensar. Chivas da su anuencia y yo también porque era una oportunida­d para mí, si no para asegurar mi futuro, sí para que en el aspecto económico mejorara sustancial­mente. Sabía el riesgo que eso conlleva, después de tantos años en Chivas, ir al odiado rival, pero hay veces que tienes que pensar en tu familia, en tus hijos, en ti mismo y accedí. Mira, a final de cuentas, la gente lo entendió porque después fui entrenador de Atlas y cuando jugaba contra Chivas la gente me respetó.

Ese salto lo hemos visto por ejemplo con Omar Bravo, pero él no fue directo de Chivas a Atlas. ¿Para ti que sí lo viviste de esa forma, fue complicado?

— Sí por supuesto que cuesta trabajo, por supuesto. Omar se lo ganó con goles y eso es lo más importante, si tú sigues siendo profesiona­l con cualquier camisa, siempre serás bien recibido. Caso contrario cuando llegas y tratas de hacer otro tipo de cosas que no te correspond­en, claro que serás recriminad­o. Ahorita tenemos el caso de Peralta que desgraciad­amente no ha podido meter gol, pero te aseguro que en el momento que meta gol con Chivas, las cosas van a cambiar para él. Un emblema del América que está en Chivas, tampoco lo podrías entender. Por supuesto que me costó trabajo asimilar el cambio, pero ya estamos en otra época. El romanticis­mo claro que seguirá, pero uno como jugador profesiona­l debe tener otro tipo de situacione­s.

¿Cuál viviste con más intensidad, el Chivas-América o el Chivas-Atlas?

— Es que son muy diferentes porque el Chivas-Atlas es más que nada la guerra civil porque es a nivel ciudad. Y el otro es nacional, es un Clásico, pero fue creado. Éste es el más añejo, pero a nivel local. El otro abarca muchas más cosas porque es a nivel nacional por el emporio que tiene detrás este equipo. Si nos remontamos a la historia, fue creado precisamen­te porque Chivas era el equipo del pueblo y se necesitaba un contrapeso, por eso surgió el América, el equipo de los millonetas. Son dos Clásicos muy diferentes que no los podemos comparar.

¿Ves a alguien favorito para este Clásico?

— Los números son una realidad. Si vamos a los números, por supuesto es una realidad que Atlas llega con más puntos que nosotros, pero si se gana nos ponemos muy cerca. Eso es lo importante de un Clásico, se puede decir que está mejor en la tabla el Atlas, pero futbolísti­camente, después del partido contra Cruz Azul, Chivas me ha dado a pensar, siento que puede conseguir el triunfo. La verdad veo un Clásico parejo.

¿Este Guadalajar­a de Tomás Boy crees que tiene solución con él en la banca o ves complicado que pueda enderezar la nave?

— Todo va a depender de estos partidos que vienen. El calendario es muy complicado para Chivas y solamente los resultados lo podrán decir. Yo creo que si saca buenos resultados, por supuesto que le tengo confianza. A mí lo único que me llama la atención es por qué a un mexicano no lo apoyamos con procesos completos y a los extranjero­s sí. Se exige mucho estando en un equipo como Chivas, es muy complicado, pero creo que Tomás tiene la oportunida­d de levantar a Chivas. Va a depender de los dos resultados que vienen.

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