28 mil
Publimetro investiga cómo podría ser resuelto el problema creciente de la chatarra espacial
Muchos amantes del cine quedaron alterados con la escena de la película británico norteamericana Gravity, en la que el protagonista es golpeado por un trozo de chatarra espacial mientras hacía una caminata espacial por fuera de su nave. Y lo que ese momento muestra es algo que podr ía pasar en la realidad, porque hay cientos de objetos inútiles orbitando la Tierra y significan peligro para los astronautas e, incluso, para quienes están en la superficie del planeta.
Han sido cientos las naves y satélites que se han puesto en órbita desde que el ser humano empezó la exploración del Universo, en 1957. De acuerdo a datos revelados por la división Chatarra Espacial de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), son alrededor de 5 mil 250 los cohetes que han despegado desde la Tierra durante los últimos 60 años. Estos cohetes han puesto en óribita alrededor de 7 mil 500 satélites, de los cuales sólo mil 200 continúan operativos. En total, se estima que la masa de todos los objetos que circulan la Tierra en órbita es de aproximadamente 7 mil 500 toneladas.
La presencia de todas estas naves y satélites enviados desde la Tierra también ha generado toneladas de chatarra que continúa orbitando incontrolablemente alrededor del planeta. Las estadísticas de la Administración Nacional de Aeronáutica Espacial o NASA, dicen que hay 500 mil piezas de “basura espacial” registradas y monitoreadas, y la cantidad aumenta con cada lanzamiento.
“Como consecuencia del aumento de la basura espacial, la probabilidad de colisiones catastróficas crece progresivamente. Al duplicar la cantidad de objetos, el riesgo de colisión de una misión aumenta cuatro veces. Así kilómetros por hora es la velocidad a la que se mueve la basura espacial en órbita. que mientras esto pase, seguro que habrá más accidentes”, explica la ESA en un estudio publicado recientemente.
Los especialistas ya han investigado diferentes tipos de riesgos asociados a la presencia de chatarra en la órbita del planeta. La mayoría de ella está ubicada en el espacio exterior, donde puede chocar con naves, satélites e incluso con la Estación Espacial Internacional.
“Hay riesgos relcionados a la chatarra en órbita y también riesgos al ingresar a la Tierra. Los riesgos en órbita son colisiones con naves operacionales que podrían afectarnos en la superficie, ya que dependenmos hoy de la viabilidad ininterrumpida de servicios proveídos a través de la infraestructura espacial. Grandes trozos de chatara (por ejemplo, naves, cuerpos de cohetes o fragmentos de ellos) pueden reingresar a la atmósfera de una forma incrontrolada, y podría colisionar en la superficie significando un peligro para la población”, dice a Publimetro Tim Flohrer, analista de chatarra espacial de la ESA.
Y el peligro no es solo teórico. De hecho, han sido reportados varios accidentes
Brazo robótico
Otra opción para la misión e.Deorbit de la ESA es usar un brazo robótico desde una nave espacial para capturar los fragmentos de chatarra espacial y, como con la red gigante, llevarlos a la atmósfera del planeta para que se desintegren antes de ingresar. relacionados con la chatarra espacial. Los dos más importantes se registraron en el último año. El primero, en mayo, cuando un trozo de chatarra chocó con la Estación Espacial Internacional provocando una pequeña trizadura en una ventana, y el segundo ocurrió cuando un panel solar de la nave de la ESA Sentinel-1ª fue golpeado por un trozo milimétrico de basura.
Varios estudios llevados a cabo por la NASA y por la ESA predicen que la presencia de basura continuará aumentando y con ello, la probabilidad de colisiones. Enfrentados a este peligroso escenario, los científicos trabajan en soluciones para reducir la cantidad de chatarra espacial que orbita la Tierra. Por ejemplo, ha sido propuesto el uso de redes e incluso de robótica para capturar los desechos.
De todas formas, los expertos también han empezado a aumentar la necesidad de incluir las ideas de sustentabilidad en el espacio, para que sean menos los residuos generados en cada lanzamiento.
“Es importante limitar la cantidad de chatarra a través de la mitigación. Todos los objetos recién lanzados deben cumplir con las directrices de eliminación posteriores a la misión, especialmente una desintegración orbital en menos de 25 años. Desafortunadamente, las simulaciones han mostrado que la mitigación por sí sola no es suficiente para la sustentabilidad espacial”, concluye Flohrer.