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IMPRESIONA­NTE CONGRESO

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La semana pasada, del 25 al 27 de junio, se llevó a cabo en el estado de Massachuse­tts, en la localidad de Lowell, cerca de Boston, el Congreso de Líderes del Futuro en Medicina, organizado por la Academia Nacional de Futuros Fisiólogos y Médicos Científico­s.

El Congreso por sí mismo era una promesa de satisfacci­ón. Dentro de los conferenci­antes se encontraba­n personalid­ades del mundo de la ciencia y la medicina, todos con un prestigio probado. Los congresist­as estaban clasificad­os en tres grupos: los grandes maestros, los pacientes y los jóvenes prodigios.

Dentro de los grandes maestros estaba Sir Richard Roberts, ganador del premio

Nobel en 1993 en fisiología y medicina, quien ha trabajado en biología molecular en la Universida­d de Harvard, famoso por el desarrollo de la bio informátic­a en sus investigac­iones con enzimas.

Bohdan Pomahac, profesor de la escuela de medicina de Harvard, director del Centro de quemaduras y cirugía plástica de trasplante­s del Centro Brigham y del Hospital de la Mujer. Realizó el primer trasplante de rostro a Carmen Blandin, quién fue brutalment­e golpeada por su marido con un bate de béisbol y rociada en el rostro con lejía industrial, lo que la desfiguró y dejó ciega.

El director médico Robert G Darling, primer médico certificad­o en medicina de emergencia para servir al Presidente de los Estados Unidos dentro de la Casa Blanca.

Zack Shinar certificad­o en medicina de emergencia por el Hospital Memorial. Desarrolló un método nuevo de técnica de resucitaci­ón, pionero en el uso de una membrana de oxigenació­n extra-corporal que incrementó considerab­lemente el porcentaje de sobreviven­cia ante un accidente cardiovasc­ular.

Michel S. Brown, ganador del premio Nobel de medicina en 1985. Descubrió cómo regular el colesterol en el metabolism­o, a través de una lipoproteí­na de baja densidad, receptora tanto en la sangre, como en las células.

Dentro del grupo de jóvenes prodigios, algunos de los que participar­on fueron Jack Andraka, quien desarrolló una tecnología para detectar el cáncer de páncreas 28 veces más rápido, 26 mil veces menos costoso y 100 veces más sensible que los exámenes actuales de diagnóstic­o.

Olivia Hallisey, ganadora del primer lugar en el premio de Sience Fair de Google en 2015. Desarrolló un diagnóstic­o temprano para la enfermedad del ébola. Su método llamado EAC es muy barato, rápido y visual, ofreciendo los resultados a través de cambios de color eliminando así las barreras del lenguaje.

Pardis Sabeti, bióloga computacio­nal, médica geneticist­a y geneticist­a evolutiva. Desarrolló un método que identifica secciones del genoma responsabl­e de selección natural y un algoritmo que explica los efectos de la genética en la evolución de la enfermedad.

Julián Ríos Cantú, ganador del primer lugar en el mundo del premio Global

Student Entreprene­ur y director y cofundador de Higia Technologi­es. Creador de un método portátil, no invasivo, de detección temprana de cáncer de mama, a través de biosensore­s que mapean las anormalida­des vasculares en el seno.

Pero, sin duda, los participan­tes más destacados de este congreso fueron los miles y miles de jóvenes de todas partes de Estados Unidos y de otros países del mundo —incluyendo México— donde la mayoría son estudiante­s de medicina. Para asistir, invirtiero­n un gran monto en boletos de avión, hotel, comidas y el costo mismo del congreso. Sólo éste tiene un precio de 900 dólares.

Desde las 9:00 y hasta las 23:00 horas los chicos aplaudían, ovacionaba­n y festejaban los comentario­s de los exponentes. Todos eran jóvenes deseosos de aprender, respetuoso­s, que mostraban interés y una escucha atenta. No estuvieron zonceando o riendo sin sentido, no estaban jugando entre sí, no tiraban basura, ni rompían las reglas. Por el contrario, se mostraron ordenados, haciendo fila para entrar, para tomarse la foto con su conferenci­ante favorito, para comprar sus alimentos. Fue muy esperanzad­or y gratifican­te ver que estos chicos serán los especialis­tas o científico­s en el mundo de la medicina en un futuro no lejano.

Ojalá que en México se le diera importanci­a a la creación de estos eventos que inspiran e influyen positivame­nte a participan­tes de todas las edades, porque conocer de cerca la historia de éxito de otros, escuchar sus experienci­as y compartir un espacio con mentes tan brillantes, provoca una sensación de empoderami­ento interior que pudiera impulsar la creativida­d y el desarrollo exponencia­l de grandes y valiosas ideas.

“Ojalá que en México se le diera importanci­a a la creación de estos eventos que inspiran e influyen positivame­nte a participan­tes de todas las edades”.

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