Autoexploración: la diferencia de la detección temprana
Actualmente, la probabilidad de curación es del 65% en los países en vías de desarrollo
A todas nos dan miedo esas seis letras: cáncer, pero esta no tiene que ser una historia mala ya que actualmente la probabilidad de curación es del 65% en los países en vías de desarrollo, lo que le ha dado otro significado a esa aterradora palabra. Las cifras de muerte han disminuido debido a la información, a los programas de apoyo y campañas que nos invitan a autoexplorarnos gracias a ellas se puede tener una detección temprana.
¡Manos a los senos!
Nuestros pechos son un símbolo de sensualidad y feminidad, pero pocas los exploramos con el afán de detectar algo que pudiera ser extraño o peligroso.
Las cifras de numerosos estudios e investigaciones realizadas por el Instituto Nacional de Cancerología, del IMSS y el Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia (Comego), entre otros; aseguran que menos del 20% de las mujeres mexicanas sabemos cómo realizar una autoexploración correctamente y/o lo hacemos con frecuencia. Más del 70% no acudimos anualmente al ginecólogo o no lo hacemos oportunamente aún cuando sentimos una bolita extraña. Saber, conocer y atender es la clave para cambiarlo todo. La diferencia entre encontrar o detectar un bulto, cambio en apariencia o un flujo en una fase temprana y llegar en una etapa más avanzada es abismal.
¿Cómo y cuándo debe hacerse?
De acuerdo al CNEGSR (Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva) es recomendable empezar a hacerse la autoexploración desde que se comienza a menstruar, una vez al mes, de preferencia una semana después de que ha terminado el periodo — los senos están menos inflamados y congestionados—.