¿CUÁL ES EL BALANCE GENERAL DE LA LEY DE INGRESOS PARA 2018?
La situación económica que vive nuestro país está muy lejos de ser la que prometió el Presidente en su campaña y de los compromisos firmados ante notario público. La deuda pública ha alcanzado un nivel récord, combinado con un gasto irresponsable como el ejercido en propaganda. El crecimiento económico ronda los 2 puntos porcentuales en promedio y encima se han tomado medidas que asfixian a los ciudadanos con más impuestos como lo provocó la reforma fiscal y los gasolinazos. En contraparte los ingresos tributarios tienen un nivel históricamente alto.
Para el 2018, la Secretaría de Hacienda proyecta una aceleración de la actividad económica, con un rango de crecimiento entre 2.0% y 3.0% del PIB, considerando expansiones más equilibradas entre los sectores, con un aumento en los ingresos presupuestarios de 3.6 por ciento real en 2018. En el Congreso, le hicimos ajustes a la Ley
de Ingresos, particularmente elevando el tipo de cambio de 18.10 a 18.40 pesos por dólar, tomando en cuenta la actual depreciación del peso mexicano por la inestabilidad que generan los comentarios de Donald Trump respecto a una probable salida de los Estados Unidos del TLCAN; además, se incrementó el precio del petróleo por barril de 46 a 48.50 derivado de que, hace unas semanas, se registraron precios más altos del crudo, niveles no vistos en los últimos dos años gracias a los recortes de la producción entre los países de la OPEP. De igual manera, lo que se buscó en el Congreso fue evitar que la deuda crezca y que además sea posible pagar sus intereses.
La Ley de Ingresos 2018 prevé obtener ingresos totales por 5 billones 279 mil 667 millones de pesos, una bolsa adicional de recursos por 43 mil 291 millones de pesos. Estas cifras son gigantescas y muy difíciles de conceptualizar, pero imaginemos lo que podría hacerse con ese presupuesto si pensamos que la Línea 12 del Metro costó 20 mil millones de pesos, tan sólo con la bolsa adicional para 2018 se podrían construir dos líneas del Metro nuevas; o si un hospital cuesta algo así como 700 millones de pesos, podrían edificarse y operar más de 50 hospitales. La reconstrucción por los sismos de septiembre, según lo dicho por el Presidente, se estima en 40 mil millones de pesos, lo cual nos deja en claro que el problema de México no es que no haya recursos sino que se destinan y ejercen de forma ineficiente.
Con la Ley de Ingresos de 2018, le apostamos a una recaudación responsable y sensible. Si bien es muy difícil revertir la tóxica reforma fiscal, sí fue posible evitar que se incrementaran los impuestos a los ciudadanos y presionar para que se ofrezcan condiciones competitivas para los negocios lo que se traducirá en inversión.
La Ley de Ingresos es la propuesta que el poder Ejecutivo somete a consideración y aprobación del Congreso mexicano cada año. Contiene los conceptos bajo los cuales se podrán captar recursos financieros que permitan cubrir los gastos de la federación.
El proyecto de ingresos que recibió el Senado de la República partió de los principios de certidumbre tributaria y estabilidad macroeconómica. Las proyecciones de crecimiento fueron las siguientes: 2.5% para el PIB en 2018; la inversión y el consumo aumentarían a tasas del 1.8 y 2.6%; así como un aumento de las importaciones de bienes y servicios de 3.4%.
Se prevé captar 5 billones 279 mil 667 millones de pesos de ingresos de los cuales, 3 millones 584 mil 918.4 millones de pesos corresponden a los ingresos del gobierno federal; 1 billón 193 mil 373.1 millones de pesos a los ingresos de organismos y empresas; y 500 mil 375.5 millones de pesos a los ingresos derivados de financiamiento.
Estos ingresos se estimaron considerando que el precio del dólar podría alcanzar 18.40 pesos en promedio y que el precio del petróleo podría llegar hasta los 48.5 dólares por barril.
Lo anterior significa el fortalecimiento de los ingresos totales del sector público con el fin de contar con recursos para programas sociales de combate a la pobreza.
Debido a las consecuencias de los sismos, se diseñaron medidas y estímulos fiscales para apoyar a los contribuyentes damnificados y se suspenderá la aplicación de ciertas disposiciones de la Disciplina Financiera de las Entidades Federativas y los Municipios para el caso de servicios personales relacionados a labores de reconstrucción por daños causados por desastres naturales donde haya ocurrido declaratoria de emergencia extraordinaria.
La Ley de Ingresos para 2018 no crea nuevos impuestos ni incrementos a los ya existentes, lo cual genera certeza para los inversionistas.
El año entrante la federación no podrá exceder una deuda más allá de 470 mil millones de pesos y el límite del endeudamiento externo tampoco podrá pasar de 5 mil 500 millones de dólares, con ello se podrá garantizar el manejo estable de las finanzas públicas del país.
Ante un contexto internacional complejo y volátil, con la Ley de Ingresos para 2018 tenemos un marco con premisas y metas realistas en el que se estimula la inversión productiva y en infraestructura estratégica; el fortalecimiento de la seguridad pública y condiciones propicias para acelerar la implementación de las reformas estructurales.
En la elaboración del proyecto, la protección a los ingresos de las familias mexicanas y de los trabajadores quedó salvaguardada.
El 26 de octubre pasado aprobamos en el Senado de la República en tiempo y forma, una Ley
de Ingresos responsable. El balance es positivo.