VIOLENCIA DE GÉNERO TAMBIÉN SE PRESENTA EN LAS REDES
Que tu pareja intente intimidarte o amenazarte a través de la publicación de imágenes íntimas tuyas también es violencia
NUEVA MUJER
No es un tema nuevo pero tiene que ser hablado una y otra vez. Pero para comenzar a hablar de violencia, tenemos que definirla. Porque no siempre significa golpes.
Una situación violenta también se refiere a un momento “embarazoso” y esto lo vemos de manera cotidiana y común, tan común que hasta lo replicamos.
Scarlett Johansson, Jennifer Lawrence, Kirsten Dunst, Anne Hathaway o Emma Stone son nombres que hemos visto circular en páginas XXX o simplemente en el portal de internet en el que vemos noticias y hasta nuestras propias redes sociales. Ellas han visto expuesta su intimidad y en algunos casos, han sido chantajeadas para que sus imágenes personales no sean publicadas.
En agosto de 2014 salieron a la luz pública fotografías íntimas de actrices en un sitio web, el hecho se conoció como Celebgate. Algunas fueron hackeadas de sus celulares o correos electrónicos, pero también las ha habido expuestas por ex parejas. Todo esto habla de una violación a la privacidad de las actrices. De las mujeres. Esto también es violencia.
De la pantalla grande a tu hogar
¿Alguna vez has sentido que tu sexto sentido te alerta a no enviar esa fotografía que tu pareja te ruega mandes? ¿Le has hecho caso? Forzarte de manera “simpática”, aparentemente juguetona o brusca a que envíes una imagen tuya que consideras privada, también es violencia. Así como las bromas subidas de tono, los comentarios hacia tu vestimenta y hasta el conteo de los likes en Facebook que te dan... o das.
“La violencia puede llegar a ser muy sutil. Cosas tan simples como que tu pareja te diga de qué manera vestirte, ‘no te pongas eso, te van a voltear a ver y te pueden faltar al respeto, te lo digo porque te quiero proteger’, o cómo comportarte: ‘no te maquilles tanto’, ‘maquíllate un poco más’, ‘no le hables a tal persona’, ‘no salgas sola’... la violencia va desde este tipo de comentarios aparentemente inofensivos hasta la muerte”, nos comenta la terapeuta familiar Fabiola Bazán.
En 2009 la Unidad Politécnica de Gestión con Perspectiva de Género del Instituto Politécnico Nacional (IPN) realizó un estudio entre más de 14 mil de sus alumnos de bachillerato y universidad para conocer ciertos datos respecto a sus dinámicas de pareja. El resultado fue tan preocupante que se dieron a la tarea de elaborar un parámetro gráfico para que las chicas (y chicos) aprendieran a detectar señales tempranas de violencia en sus relaciones.
El llamado Violentómetro se divide por colores tipo se- máforo y explica de manera cotidiana indicadores de lo que podría ser violencia. Va de lo menos grave hasta la muerte. Sí, muerte. ¿Dónde nace? Estos comportamientos no nacen de la noche a la mañana, como tampoco perpetuarlos o aceptarlos como cotidianos. Nos han sido impuestos por la sociedad mundial, la comunidad a la que pertenecemos y, por supuesto, las familias.
“Un niño repite lo que ve y así va creciendo, pensando que es lo ‘adecuado’. Desgraciadamente los primeros signos no se toman en cuenta, porque se disfrazan en ‘protección’, en ‘juego’, pero como dice el violentómetro: aumentará”, comenta Bazán.
Datos de Promundo, The Man Box: A Stody on Being a Young Man in the US, UK and México, realizado en 2017 reveló puntos interesantes sobre lo que se espera de ser hombre actualmente. “Casi la mitad de los encuestados piensa que los hombres deben solucionar sus problemas sin pedir ayuda y que deben actuar “fuertes” incluso si sienten miedo.
Los hombres aprenden que son los “machos”, que ellos llevan el control y que sus emociones (a menos que sean las violentas, las de poder, que son las validadas), no cuentan. Hombres frustrados, reprimidos y educados de manera machista andan por las calles y por las redes sociales.
Con internet hay parejas que se violentan controlando las llamadas y los mensajes; los likes, las fotos, los contactos. El control es también una manera de violencia: el chantaje para obtener lo que se busca (una foto o dinero a cambio de no publicar las imágenes).
Poner un alto
¿Y qué se puede hacer cuando empieza a parpadear el violentómetro de tu vida? “Primero detectarlo, reconocerlo y aceptarlo, lo cual ya es difícil,” comenta la especialista. “Que digas ‘eso es violencia, no es jueguito ni protección y me hace sentir mal, no me gusta cuando me trata así’. Darte cuenta que eso atenta contra tu integridad. Y luego buscar ayuda.
Quizá el segundo paso sea contárselo a alguien de confianza. Buscar una red de apoyo es importante, sin embargo, es necesario contar con el acompañamiento y asesoría de un especialista.
Un amigo, un familiar te puede escuchar, pero un especialista trabajará contigo la manera de salir de esa relación, a darte cuenta de por qué sigues ahí y qué puedes hacer para solucionarlo.