Criptomonedas: presente y ¿futuro?
Si en 2017 las criptomonedas como el bitcóin y el Ether cobraron una relevancia masiva, para este año el tema será uno de los más importantes. Lo que tiene hoy hablando a todos de criptomonedas es su precio: a pesar de que en diciembre el costo de un bitcóin bajó de 19 mil a 11 mil dólares, se está recuperando. En el primer día del nuevo año, su costo bordeó los 14 mil. Sólo en 2017, su valor se multiplicó por 12.
Este incremento se debió al interés que acaparó el bitcóin y que atrajo a inversores con mucho dinero.
Dicha moneda fue lanzada al mercado el 3 de enero de 2009 como respuesta a la crisis financiera del 2008, forma parte de un sistema contable no respaldado por una institución financiera formal, como el Banco Central. No hay un tercero que registre las actividades en torno al bitcóin sino que es el propio sistema, alojado en diferentes servidores, el que lo registra. Es parecido a una “nube” que contiene información.
Su precio, para algunos economistas, depende exclusivamente de la especulación. Y éste, al no estar regulado por ninguna entidad financiera sino sólo por una relación oferta demanda, estaría comportándose como una “burbuja” que no tardaría mucho en explotar.
Y mientras varios negocios, tiendas y bares del mundo están aceptando pagos con bitcóins, Goldman Sachs, uno de los grupos de inversión financiera más grandes del mundo, anunció la apertura de una cartera exclusivamente para inversiones en bitcóins. La señal de que la moneda tiene futuro.
La revolución del “Blockchain”
El sistema de registro de actividades del bitcóin es lo que llama la atención. Creado por los computadores de todos los usuarios e inversores, se llama “Blockchain”. Para los expertos, es esa la real novedad detrás del bitcóin. Y para los inversores, ahí está el verdadero valor. La real revolución.
“Supe de las criptomonedas en junio del 2017”, dice Lázaro, un inversor que habló con Publimetro a condición de mantener su anonimato. “Me encantó el proyecto, lo que hay detrás. Las ‘Blockchain’ son una verdadera revolución”, explica.
A Lázaro le seduce mucho la idea de la “democratización” del dinero, la que según explica es la motivación original para la creación del bitcóin. “Al no depender de ninguna entidad financiera formal, se crea un sistema paralelo al del dinero. Es una transformación radical de la economía, es algo que cambiará todo”, asegura.
Cada bitcóin tiene su huella. El historial de transacciones que han afectado a un bitcóin se guardan en una cadena de información, llamada “Blockchain”, que no puede ser alterada. Así lo explica a Publimetro Bobby Ong, cofundador de CoinGecko, sitio web que analiza, rastrea y clasifica diferentes criptomonedas.
“Cuando hablamos de criptomonedas, gravitamos a las posibilidades que la tecnología subyacente ‘Blockchain’ ofrece. Esta tecnología permite un cambio fundamental en la forma en que organizamos información en el mundo, donde podemos lograr que las partes realicen transacciones de forma descentralizada, sin un intermediario de confianza o un grupo centralizado”.
Así, los inversores dejan su huella digital de forma anónima: el sistema les da un seudónimo en código y es el propio sistema el que valida (a través del minado) las transacciones de bitcoines. Una persona no puede saber quién ha invertido en ese bitcóin. Y esto es lo que genera desconfianza.
El miedo al bitcoin
Premios Nobel de Economía como Joseph Stiglitz han alertado de los peligros del bitcóin. “La verdadera razón por la cual la gente quiere una moneda alternativa es para participar en actividades viles: lavado de dinero, evasión fiscal”, dijo hace algunas semanas.
“Los bitcoines poseen algunas características que los han convertido en un instrumento de pago ideal para los cibercriminales: carecen de control por parte de entidades bancarias u organismos de control y favorece el anonimato de quienes toman parte de la transacción”, dice Denise Giusto Bilic, especialista en seguridad informática de ESET Latinoamérica.