FEMINICIDIOS AL ALZA
En esta semana amanecemos con una noticia que es “invisible”, pero que está cobrando una factura cada vez más costosa por las consecuencias que causa en la comunidad: feminicidios al alza.
¿Por qué es importante hablar de esto? Porque las razones de por qué se asesinan mujeres tienen que ver con lo que se concibe socialmente sobre qué es ser mujer.
Es decir, los motivos están en los celos, la angustia, el odio y un sinfín de emociones que despierta el que una persona sea mujer y que se consumen delitos por esa causa.
No es tan trivial que nos lleve a la simplicidad de que porque es mujer se mata, sino más bien por todo aquello que hemos asumido como femenino o de mujer que se supone que no es socialmente aceptado y que ejerce una “presión”, incide en lo que consideramos “bueno” o “malo”.
Por eso es tan atroz saber de mujeres que han sido asesinadas porque hombres creen, bajo el “derecho” social impuesto por el machismo, que pueden hacerlo porque salieron a trabajar sin su permiso, llevaban minifalda o estaban alcoholizadas. Esto existe en pleno siglo del desarrollo y progreso.
Lamentablemente, los platos rotos que hay que pagar como mujeres estarán, después de los feminicidios, a merced del juicio de los otros que piensan que las causas de estos asesinatos no son importantes o trascendentales o que de qué “privilegios” gozamos para ser más importantes.
Cuando eso no es así. Porque si socialmente no cambiamos la percepción del “castigo” y la “culpa” hacia las mujeres, poco podremos avanzar para poner el piso parejo en condiciones de igualdad y equidad de género.
Hoy en Nuevo León sí existe este tipo de delito que debe ser considerado grave en la medida en que las mujeres no estamos seguras en la calle, en nuestras casas o lugares de trabajo e, insisto, no por el hecho de ser mujeres, sino por lo que nos dicen que deberíamos ser y que, si no somos, nos merecemos la muerte.
Y no. No debe ser así. El gran reto entonces que dejan las 12 muertas en abril en Nuevo León es entender que las mujeres, tan diferentes entre todos, merecemos una vida libre de violencia derivada de esos odios infundados por no hacer o ser lo que se supone debemos.
De ahí que sea preocupante y que nos ocupe reducir la cifra de feminicidios. Entendiendo que no es cosa menor para el futuro de las niñas nuevoleonesas.
“Hoy en Nuevo León sí existe este tipo de delito que debe ser considerado grave en la medida en que las mujeres no estamos seguras en la calle, en nuestras casas o lugares de trabajo”