Mazda MX-5 RF El placer de ser libre
Manejar y disfrutar este auto japonés es simplemente un gusto. Y es que el Mazda MX-5 RF (Retractable Fastback) nos ha dejado con una grata sonrisa de oreja a oreja los siete días que estuvo en nuestra cochera
Carretera, caminos secundarios maltratados, calles adoquinadas y mucho tráfico, pero en ningún caso, malestar o aburrimiento por manejarlo. Siempre es divertido ir lo más bajo al piso y disfrutar de un buen auto como éste con el codo recargado en la puerta, lo que me sorprendió es que puede ser ideal para el uso diario.
Nuestro auto (ojalá fuera de nosotros) de evaluación lleva un motor de cuatro cilindros, 2.0 litros y 155 caballos de potencia naturalmente aspirado, se encuentra acoplado a una transmisión automática de seis velocidades con modo manual y pequeñas manetas detrás del volante y tracción trasera. Al momento de exigirle, responde bien, el sonido grave emanado se cuela al habitáculo y nos otorga una sensación de deportividad. Hemos manejado el manual y se siente más vivo, esto no quiere decir que el automático lo haga mal, por el contrario en tráfico citadino se agradece sobre manera la transmisión automática. Además, la repartición de peso es perfecta: 50/50. Los dos ocupantes disfrutarán, sin duda, una extraordinaria experiencia de conducción y transportación.
Techo abajo
En cuanto al accionamiento del techo, se lleva a cabo en tan sólo 13 segundos y es a partir de un botón situado en la consola central que hace posible la metamorfosis sin necesidad de alguna acción extra. Gran detalle. El mecanismo es silencioso y de accionamiento eléctrico, lo que facilita la conversión del auto a descapotable o viceversa.
Comportamiento
No se necesita ir más allá de los 140 km/h para realmente disfrutar un auto personal. Es decir, a 100 km/h se siente y percibe un aire de libertad y seguridad muy al estilo de Mazda, es decir, preciso y divertido. Finalmente, si abusamos de la velocidad en caminos maltratados, el auto pasará la factura, ya que el esquema de suspensión tiende a ser dura más que confortable, pero nada que nos extrañe o moleste.