ENTREVISTA
¿Qué cambiará con el trasladado de la embajada de EU en Israel (y más países) en la vida cotidiana en Jerusalén?
— Internacionalmente, poco cambia. Quizás se crea un incentivo para que otros países –como ya lo ha hecho Guatemala y lo está por hacer Paraguay– trasladen sus embajadas a Jerusalén.
La vida cotidiana de Jerusalén poco se vería afectada, más allá del hecho de que las fuerzas políticas de derecha en Israel ven en este hecho ¿simbólico, substancial?, un triunfo de la política de Netanyahu.
¿Cómo reciben los residentes de Jerusalén este cambio?
— Depende qué residentes. Los judíos sionistas, en general, con beneplácito. Los judíos ultra ortodoxos no sionistas, con indiferencia. La población árabe de Jerusalén está en contra de este acto, en esta circunstancia.
Hay una serie de protestas alrededor de esta decisión. En Jerusalén, ¿se incrementa la tensión ante la posibilidad de ataques o hechos de violencia?
— Han existido protestas y pueden haber estallidos de violencia, en distintos sitios como Gaza, Cisjordania y otros lugares del mundo árabe y el Islam. En Jerusalén se montó un aparato de seguridad antidisturbios por la presencia de invitados de Estados Unidos e Israel que irán a la embajada.
También se acerca el Día de la Nakba, utilizado para designar al éxodo palestino.
¿Cuáles son los principales puntos a favor y en contra del traslado de embajadas a Jerusalén?
— Para Israel está claro, el reconocimiento de Jerusalén como su capital. En Israel, al gobierno y a los sectores sionistas les parece algo muy positivo. Es un acto simbólico de alguna u otra manera. Mientras haya más calma, habrá más paz.