Y... ¿LOS PUEBLOS?
“Los gobiernos están dejando a los pueblos a merced del rezago y la ‘buena voluntad’ que no llega a menos que tenga incentivos”
No hay equivocación alguna cuando se afirma que la mayoría de la población vive en la zona metropolitana de Monterrey. Ni tampoco en las proyecciones a futuro sobre que la mayor concentración poblacional se encontrará en las urbes, pero esto tampoco quiere decir que las zonas catalogadas como rurales desaparezcan o sean inexistentes.
En Nuevo León hay muchos pueblos que, además, siguen conservando su identidad cultural, gastronómica y de costumbres que son parte del gen regiomontano que no debe olvidarse. Sobre todo, en tiempos en donde las ciudades están dejando de representar lo que eran: territorio de oportunidades.
Entonces, eso de lo que tanto se habla, como la crisis alimentaria y de recursos naturales, radicará para tiempos futuros en, precisamente, hacer crecer la productividad en esos lugares que son los que nos sostienen, porque ahí se produce gran cantidad de los alimentos que consumimos.
He estado viajando a distintos pueblos del estado de Nuevo León (seguramente en el resto se repite la historia). Es impactante ver el abandono en el que se encuentran, sin caminos de fácil acceso, sin servicios básicos y sin el interés de inversión para el desarrollo económico, social, cultural y turístico.
Debemos hacernos conscientes que, si bien es cierto que las urbes merecen atención por el caos en el que vivimos, también lo es que nuestra vida depende en gran medida de lo que sucede en esos lugares a los que tenemos en el olvido.
Organizaciones internacionales de la sociedad civil cada vez hacen más agendas públicas al respecto, pero los gobiernos están dejando a los pueblos a merced del rezago y la ‘buena voluntad’ que no llega a menos que tenga incentivos.
Por eso mismo, es importante tener planes de desarrollo que tomen en cuenta a las agroindustrias, la identidad cultural y la accesibilidad a los derechos constitucionales básicos (escuelas, hospitales, carreteras).
Así también, estaríamos avanzando como urbes que siguen y seguirán dependiendo de estos pueblos aún invisibles.