LA PRUEBA DEL CHASQUIDO EN INVERSIONES
Para empezar me gustaría retomar dos sesgos psicológicos que tienen relevancia en el mercado accionario: el sesgo retrospectivo y el sesgo de supervivencia.
El primero hace referencia a reforzar (o más bien a generar) nuestras opiniones
a posteriori, es decir, después de un evento o conociendo el desenlace. En este sentido, uno suele atribuirse un mayor poder predictivo y considerar que algún evento sucedió de la única manera que podía suceder.
La historia y los victoriosos
¿Cuántas veces no hemos escuchado historias de empresas que estuvieron al borde de la extinción para resurgir? Pareciera que el mercado está plagado de estos triunfos inspiradores, pero ¿quién documenta los casos de las empresas que al estar a pasos del abismo simplemente cedieron al vértigo?
Y no lo digo desde una perspectiva cínica, considero que documentar los casos en los que esfuerzos titánicos han logrado que empresas retomen el curso, sirve de guía, inspiración y ejemplo. Pero es necesario tener la foto completa al momento de estudiar tus probabilidades con información histórica.
David Gardner –uno de los fundadores de The Mot- ley Fool–, ha comentado que al estudiar empresas se pregunta si pasarían su “prueba del chasquido”.
Si con un chasquido de nuestros dedos provocáramos que una empresa (con todos sus productos o servicios) desapareciera de la noche a la mañana, ¿la gente lo notaría al día siguiente, a la gente le importaría?
Esta metodología es una aproximación que nos lleva a un nivel filosófico, a un sentido de trascendencia, de la relevancia de la visión de los fundadores en el día a día de los usuarios o clientes.
Sin irnos muy lejos, hace unos 10 años no hubiéramos concebido un mundo sin Kodak, Blockbuster o Toys R Us, pero la realidad es que por diversas causas hoy ya no están con nosotros.
La digitalización de la fotografía acabó con la primera. El coraje, tenacidad y visión de Reed Hastings, así como el devenir de la tecnología, sepultaron a Blockbuster. Por último, cambios en las preferencias del público general, así como falta de agilidad y adaptación por parte de la administración fueron los verdugos de la afamada juguetería.
¿Por dónde vendría ese chasquido?
El verdadero chasquido es la manifestación en los resultados de la empresa, la descomposición de sus fundamentales. En ocasiones se presenta intempestivamente, en otras, el fin se va anticipando.
Las preguntas que debemos hacernos son las siguientes: ¿esta empresa podrá seguir operando el próximo año, cuántos trimestres puede sobrevivir con el efectivo actual, se mantendrá solvente, qué tan frágil es su modelo? Que el día de mañana no exista una empresa determinada no quiere decir que la demanda por satisfacer una necesidad se haya esfumado. Es interesante en estos casos buscar quién será el beneficiado.
“Que el día de mañana no exista una empresa determinada no quiere decir que la demanda por satisfacer una necesidad se haya esfumado”