Publimetro Monterrey

Mujeres al volante, su tortuoso camino en Arabia Saudita

Permitir a las mujeres conducir es un gran paso para ellas en este país, y también uno muy chico

- LUZ LANCHEROS Metro World News

Flamante, glamorosa, como todas las portadas de Vogue, ahí estaba la princesa Hayfa bint Abdullah al-Saud en el puesto del conductor de la edición de junio, simbolizan­do cómo uno de los países más conservado­res con las mujeres por fin las dejaba irse a donde quisieran. Hablaba de las reformas del príncipe Mohammed bin Salman, que se ha enfrentado a los conservado­res con energía. Pero mientras la princesa se alegraba en la revista de que por fin pudiera manejar en su propio país, 11 mujeres que lucharon para que se liberara esta medida para sus congéneres eran arrestadas y condenadas por su propio gobierno como “espías y traidoras”.

Una imagen de moda no podía tapar toda una realidad que lleva cientos de años oprimiendo a las mujeres, porque mientras las princesas de Arabia Saudita incluso pueden irse a semanas de la moda en Europa, llevar trajes de diseñador y ejercer todas las libertades de una mujer occidental, las mujeres sauditas sin sangre azul, a pesar de que ya puedan irse en el asiento del conductor, no pueden tomar decisiones sin consentimi­ento masculino debido a la Sharia (ley islámica). No pueden divorciars­e, casarse o, incluso, pedir un pasaporte sin su guardián.

De hecho, si una mujer es abusada por su pareja, incluso maltratada, no tiene apoyo de la ley, porque debe tener autorizaci­ón de su “guardián” masculino para entablar una denuncia, incluso si es contra él. De hecho, el año pasado el rey Salman liberó algunas de esas restriccio­nes, como el derecho a la educación, a tomar un trabajo o a practicars­e una cirugía.

Pero eso es nada ante el infierno y el hermetismo que viven muchas de ellas. Al respecto, en 2016 The New York Times hizo un documental que mostraba que ellas no podían ir solas, viajar solas o, incluso, elegir pareja sin consentimi­ento de su… guardián. También hay una policía religiosa que las multa si no visten “adecuadame­nte” o tienen “mucho maquillaje”. Y la interacció­n con los hombres también viene acompañada de la segregació­n: la mayoría de edificios públicos tienen entradas separadas para los diferentes sexos, así como las playas y las piscinas.

Nadar es un escándalo, competir en deportes también (hubo un revuelo por las primeras mujeres que compitiero­n profesiona­lmente en 2012). Incluso que se prueben ropa, como narró Maureen Dowd en Vanity Fair, era mucho para los hombres. Así como leer revistas de moda, como en la que apareció la princesa. Y detrás de eso hay una larga lucha, con campañas en redes sociales, activismo, firmas y reformas que hacen que detrás del país haya una larga lucha por la “modernizac­ión”. Pero, ¿hasta dónde?

Abiertos, pero cerrados

“El permiso para conducir es algo muy nuevo aquí. En otros países es normal, pero el país se está abriendo. Antes las mujeres no podían trabajar, ahora sí. Ha habido muchos cambios en los pasados seis meses. Ha sido una sorpresa, para ser honesto y será normal para todos nosotros, pero justo ahora es una sorpresa para nosotros ver a las mujeres manejando o trabajando en tiendas”, afirma para Publimetro el saudí de 37 años Mubarak Aldossery, quien cree que las mujeres tienen mejores oportunida­des para trabajar y que la igualdad ya se alcanzó, ya que hombres y mujeres pueden trabajar juntos . “Si tú eres una mujer y quieres hacer algo, ya es posible (...) Arabia Saudita se está abriendo muy rápido y el siguiente paso es permitir la venta del alcohol. Esto pasará en los siguientes seis meses”, afirma.

Eso no lo creen, sin embargo, las mujeres hicieron campaña el año pasado en redes sociales diciendo que ellas eran sus propios guardianes en Twitter (#IAmMyOwnGu­ardian), sucesoras de las mujeres que han luchado por años, desde comienzos de siglo, por derechos básicos.

Tampoco algunos hechos recientes en la política internacio­nal lo ve de ese modo: el país fue elegido como miembro de la Comisión de la ONU sobre la Condición de la Mujer. Hillel Neuer, director ejecutivo de la UN Watch, lo resumió perfectame­nte: “Elegir a Arabia Saudí para proteger los derechos de las mujeres es como nombrar a un pirómano para jefe de bomberos. Es absurdo y moralmente intolerabl­e”. Y razones no le faltan: el último informe de brecha de género del Foro Económico Mundial situaba al país en el lugar 141 (de 144 países), siete por debajo del año anterior. Sólamente lo superan Siria, Pakistán y Yemen.

Así, se trata de una modernizac­ión plagada de ironías, como la de poder manejar, pero no hacer muchas cosas sin permiso de un hombre o un Día de la Mujer y Consejo para Niñas… representa­dos por hombres.

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