ADAPTACIÓN AL CAMBIO
Ya tenemos presidente electo y se llama Andrés Manuel López Obrador. Su victoria fue un hecho contundente e irrefutable. Le guste a quien le guste, será nuestro siguiente presidente de la República mexicana y gobernará al país a través del cambio. La cuarta revolución, le ha llamado él.
En el mundo, el concepto de Industria 4.0, también conocido como revolución industrial 4.0, está relacionado con la robótica, que jugará un papel fundamental en los próximos años, así como la máquina de vapor tuvo un impacto global en la primera revolución industrial.
La cuarta revolución corresponde a una nueva forma de organizar los medios de producción. Pretende poner en marcha un gran número de fábricas inteligentes que sean capaces de una alta adaptabilidad a las necesidades y a los procesos productivos.
Andrés Manuel López Obrador, una vez que se supo ganador de la contienda, afirmó en su discurso inicial que dará inicio a la llamada la cuarta revolución de la historia mexicana.
La primera revolución fue la que se dio en la época de la Independencia, entre 1810 y 1821. La segunda se llamó la Reforma, que fue impulsada por Benito Juárez cuando decidió separar la Iglesia católica del Estado, a partir de 1854. La tercera revolución fue la que inició en 1910 cuando se derrocó al dictador Porfirio Díaz después de haber permanecido en el poder por más de 35 años.
Andrés Manuel López Obrador dice que la gestión que hará durante su mandato será el cuarto parteaguas en la historia del país. Habla de un antes y de un después.
AMLO piensa que, a través de su ejemplo, logrará combatir la corrupción política, la impunidad y la inseguridad que han padecido los ciudadanos por décadas.
Muchos creemos que necesitará algo más que eso para poder erradicar este cáncer social. Pero todos tenemos esperanza, aunque para ello se requerirá de una enorme sacudida en los usos y costumbres del sistema político mexicano y en todos los tentáculos que éste alcanza.
Todavía no inicia sus funciones y ya empezó a enumerar una lista de cambios que pretende efectuar en su gobierno y en la manera en como gobernará.
Algunos de estos han tomado por sorpresa a los mismos simpatizantes de su movimiento.
Lo cierto es que el nombre del juego durante los próximos años se llamará “adaptación al cambio”. Y esta adaptación será indispensable si se desea que las cosas funcionen. Todos, tanto los seguidores de AMLO y como aquellos que nunca lo fueron, deberán desarrollar en un altísimo nivel su capacidad para poder crecer personalmente y contribuir a la transformación del país.
La adaptación al cambio representará un papel fundamental para que el liderazgo pueda permearse en cascada desde arriba y hacia los niveles inferiores de gobierno, de tal forma que tenga efecto en los procesos de conversión y crecimiento.
Efectivamente, esto requerirá de un gran esfuerzo para todos y cada uno de los ciudadanos, dentro y fuera del gobierno.
Disminuir el miedo a enfrentar cosas diferentes, combatir hábitos nocivos, mejorar el proceso de pensamiento para eliminar mitos y permitir conductas más favorables hacia la maduración y hacia el éxito.
Se deberá renunciar a las prácticas antiguas, mostrar alta flexibilidad ante las nuevas situaciones y tener la capacidad de moldear la forma de conducirse ante las necesidades cambiantes.
También implicará un proceso de aprendizaje y éste será más fácil para unos que para otros, pero se sabe que sólo a través de la renovación se podrá garantizar una mejora y una aceleración para la obtención de nuevos y mejores resultados.
“Andrés Manuel López Obrador dice que la gestión que hará durante su mandato será el cuarto parteaguas en la historia del país. Habla de un antes y de un después”