Espectacular por donde se le mire: BMW M2 Competition
Viajamos hasta Múnich, Alemania, para poner a prueba por varios días a uno de los mejores autos desarrollados por la división M
BMW M2 Competition sustituye al M2 que conocíamos desde hace un par de años. Sin duda, un verdadero devorador de asfalto. Las dimensiones son perfectas y su nueva configuración de motor también. Monta la misma base de bloque que el M3/M4: un seis cilindros 3 litros Twin Turbo que desarrolla 410 caballos de fuerza y, ni más ni menos que 405 libras pie de torque. Afortunadamente, tenemos dos opciones para la transmisión: manual de 6 o una M DCT (doble embrague) de 7 cambios. Según cifras oficiales, con la transmisión automática logra el cero a 100 en 4.2 segundos y con la estándar, 0.2 segundos más. Pero sinceramente a quién le importa esa diferencia.
En apariencia se ha modificado la fascia delantera con unas tomas de aire más grandes, ayudan al enfriamiento del motor. Nuevos rines de 19 pulgadas, nuevo sistema de escape, algunos retoques en la suspensión y una nueva barra de torsión frontal –hecha de fibra de carbono– hacen que este M2 Competition le haga frente a cualquiera de los grandes.
Al interior encontramos asientos opcionales en forma de cubo con la insignia M2 iluminada, volante M y un clúster digital, son algunos de los cambios. Además, los insertos en fibra de carbono que destacan en la consola central y en el tablero, hacen que luzca espectacular. Lo recogimos a las afueras de Múnich para llevarlo por las famosas carreteras Autobahn. Cabe destacar que en éstas, el límite de velocidad existe, pero es variable y en algunos tramos, libre. Gracias a esto pudimos exigir al M2 Competition prácticamente hasta su límite de 7 mil 700 rpm, llevándolo hasta 265 kilómetros por hora en un santiamén.
La estabilidad es perfecta, el frenado excelente y la aceleración fantástica. Tenerlo con transmisión, la típica caja manual de BMW, con cambios duros y recortados, hacen que la experiencia haya sido sublime. Mantuvimos ritmos de 180 a 220 km/h por decenas de minutos, interactuando con otros autos espectaculares que circulaban por las espectaculares autopistas alemanas.
Sin duda, uno de los mejores M de la historia; perfectamente balanceado, potente, que transmite todas las sensaciones y enfocado plenamente en las prestaciones. Uno de los últimos deportivos que veremos así, porque ya llegó la era eléctrica. Vale cada centavo y seguramente será un auto clásico de abolengo en algunas décadas.