INFORMALIDAD 2.0 ATRAPA A 3.8 MILLONES DE MEXICANOS
Profesionistas, universitarios, amas de casa y hasta jubilados intercambian servicios en la web, apps y con personas físicas, sin contrato ni seguridad social
La informalidad 2.0 es el nuevo enemigo del mercado laboral, con más de 3.8 millones de mexicanos que están atrapados o corren el riesgo de caer en empleos generados a través de apps, actividades en línea y empresas que no les dan contrato, servicios de salud o fondo de pensión.
Se trata de una tendencia de ocupaciones remuneradas fuera de todas las leyes mexicanas, sin reconocimiento a nivel mundial, que evoluciona con tecnología y que recluta a profesionistas, universitarios, amas de casa y hasta jubilados, que obtienen entre 15 mil y 18 mil pesos al mes, sin prestaciones.
El impacto del fenómeno es tal que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ya planea hacer una recomendación global en 2019 para promover que las empresas y
apps que operan dicho modelo –como Uber, Rappi, Cornershop o SinDelantal– ofrezcan seguridad a sus colaboradores.
Además, con la declaratoria de la OIT se abriría un debate sobre la implementación de reformas que formalicen los servicios que hoy se ofertan en la web y se pagan en efectivo o con depósitos que –en su mayoría– evaden impuestos, indicaron especialistas consultados por Publimetro.
Manpower Group, firma especializada en soluciones de capital humano, explicó que la informalidad 2.0 es un fenómeno mundial, que en México ni siquiera es reconocido en los estudios oficiales, aunque 50% de los millennials están dispuestos a participar en tal modelo y los profesionistas ya lo practican.
Facilidad tecnológica promueve informalidad
Jared Isaac Cortés Montes, gerente de marketing de Manpower México, explicó que la informalidad asociada a los servicios en línea o en apps surge por la facilidad que ofrece la tecnología para prestar servicios casi de forma inmediata, con el plus de que cada quien es dueño de su tiempo. Indicó que, aún cuando la Secretaría del Trabajo no tiene contabilizados a los mexicanos que participan en tal fenómeno, en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi existe la categoría de subocupación laboral, que reporta a quienes están dispuestos a trabajar más horas. “Ésta es una muy buena aproximación al fenómeno que ocurre en México, porque la mayoría de quienes trabajan en Uber, Rappi o CornerShop, entre otras plataformas digitales, ya tienen un empleo formal y tienen la disponibilidad de ocuparse en actividades que incrementen su ingreso”.
De tal suerte que, apuntó el especialista, los tres millones 818 mil 753 mexicanos integrados en la tasa de subocupación laboral de la ENOE son vulnerables o ya prestan servicios a través de apps o proyectos en línea.
“Esto crece de forma exponencial porque la gente gana más dinero y desarrolla actividades en su tiempo libre. Pero no se trata de un fenómeno exclusivo de profesionistas que trabajan en una oficina y al salir manejan en Uber o trabajan en un proyecto en línea a cambio de efectivo”.
“También hay apps que se apoyan en jubilados o adultos para ofrecer servicios de limpieza, lavandería o arreglos de costura en la ropa. Y hay que decir que las empresas y personas que los emplean pagan impuestos, aunque no retienen ni trasladan el ISR de sus colaboradores al SAT, ni ofrecen prestaciones”, subrayó el directivo de Manpower.
OIT va por la informalidad 2.0
Ivonne Vargas, speaker en temas de capital humano de la editorial Penguin Random
House, refirió que con la finalidad de que los países miembros de la organización –donde está México– analicen y promuevan la formalidad de las personas, desarrollan actividades a través de plataformas digitales sin contrato, sin prestaciones y sin pagar impuestos.
“Aunque no se trata de un acuerdo o acción vinculante, que obligue al gobierno mexicano –a través del Senado– a reformar la Ley del Trabajo, la intención de la OIT es abrir el debate para que en el mediano plazo haya cambios legislativos al respecto”, apuntó.
La también autora del libro Contrátame, explicó que Uber, Rappi o SinDelantal no tienen el monopolio de la informalidad digital o 2.0, porque cada vez hay más profesionistas y universitarios que, ante los bajos salarios –de tres a siete mil pesos mensuales– que ofrecen las empresas, están dispuestos a intercambiar servicios en línea.