MÓNICA FERNÁNDEZ BALBOA
SENADORA DE LA REPÚBLICA POR MORENA
Por primera vez en México se hizo una consulta a la ciudadanía para preguntarles sobre una obra importante. Ya ese simple hecho representa un cambio de enorme trascendencia y un éxito. Venimos de una cultura política autoritaria en donde la mayoría de las veces se ignoraba el punto de vista de las personas respecto a las acciones de gobierno.
El primero de julio pasado la población votó por una profunda transformación en el país. Estaba cansada de una clase política alejada de sus necesidades y de sus aspiraciones. Por eso, consultar a los ciudadanos sobre las acciones del gobierno siempre será un acierto.
La trascendencia de una obra como el nuevo aeropuerto exigía que el próximo gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador escuche a todos. Se habían expresado diversos sectores y organizaciones, principalmente de empresarios y de técnicos que, sin duda, son indispensables, pero hacía falta preguntarle a la sociedad su opinión, precisamente con base en la información que los expertos en todas las áreas estuvieron proporcionando. Ya pasaron los tiempos en que todo se resolvía mediante acuerdos cupulares.
El ejercicio que se hizo es una gran aportación a la democracia. Éste es un inicio que tenemos que ir perfecccionando con el andamiaje legal que conlleva, incluso, cambios a nuestra Constitución.
En adelante esa es la ruta que debe tomarse, como sucede en los países más avanzados. Lo que demostró la consulta es que en el país hay madurez para que todos podamos participar en los asuntos de interés nacional.
El hecho de que muchas personas acudieran a emitir su opinión en la consulta es de celebrarse porque reafirma el deseo de los mexicanos para pasar de una democracia representativa desgastada a una democracia participativa.