ALEJANDRA LAGUNES
SENADORA DE LA REPÚBLICA POR EL PVEM
Terminó la consulta realizada por el equipo del presidente electo sobre la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM). Esta no estuvo a la altura de la importancia del tema ni de las expectativas de los mexicanos. Ojalá la ligereza y falta de cuidado en la metodología de la consulta no siente un precedente para futuros ejercicios.
Las consultas a la ciudadanía deben de ser instrumentos que fortalezcan la democracia. Adam Przeworski, describió a principios de los 90 a las democracias: en ellas existe un alto grado de certidumbre en las normas y procesos, así como un alto grado de incertidumbre respecto a los resultados. La integridad de las reglas del juego asegura que los incentivos de participación existan. Un proceso de consulta popular para ser inclusivo y representativo, más allá del muestreo, debe de generar incentivos y certidumbre para que las personas salgamos a emitir nuestra opinión.
Las consultas son especialmente importantes para las comunidades cuando se tratan de megaproyectos con impactos ambientales y sociales. Esta consulta pudo haber sido una oportunidad para escuchar las voces de los pobladores de ambas comunidades: Texcoco y Santa Lucía; en cambio, no hubo mesas de votación suficientes en Santa Lucía, ni se informó sobre los impactos de un proyecto así en la zona. La consulta pudo haber sido un instrumento de diálogo entre las distintas partes; en cambio, la pregunta, sesgada y sin considerar alternativas, cierra las puertas a la conciliación, polarizando aún más a las partes.