LA ÚLTIMA –ELECCIÓN– Y NOS VAMOS
Probablemente sea muy pronto para escribir una columna con este título, pero en realidad no lo es, porque las personas, casi por costumbre, y de manera automática, en la segunda semana de diciembre se comienzan a olvidar de los asuntos de días hábiles para dar paso a las tradicionales fiestas de fin de año.
No sobra decir que estos días que todavía transcurren se han registrado cambios importantes para el país y también para Nuevo León. Sin duda, las elecciones nos partieron el tiempo. Hay un antes y después de un significativo cambio de gobierno, que irrumpe en forma de incertidumbre, pero que, al menos, todavía le espera un montón de “beneficios de duda”.
En Monterrey y su alcaldía todavía tenemos que cerrar una deuda pendiente, porque aún no se decide quiénes estarán al frente de su administración pública. Por eso es importante que antes de que nos vayamos a las fiestas, recordemos que el voto es una herramienta fundamental para tomar decisiones que nos representen como ciudadanía.
Lo de menos es no estar en tan relevante decisión, y aunque parezca trivial o absurdo, hay mucha gente que para esas fechas ya ni siquiera se encuentra en la ciudad. Claro, tienen el derecho de no hacerlo.
No obstante, aún con todas las sospechas, es fundamental la participación activa que permita la exigencia posterior ante todas las crisis que están latentes en un municipio que es de los más importantes del estado, pero también del país. Todo lo que sucede en Monterrey, trasciende.
Por tanto, dentro de los buenos deseos de estos tiempos que vienen, en donde podemos refugiarnos en la familia y los amigos de las adversidades, de las circunstancias, espero que haya conciencia de ir a votar en un día en el que todo mundo cree que no se puede o que va a ser una elección fallida, y que todo lo pasado sólo sea parte de una pesadilla de quienes quisieran demostrar que la democracia no funciona.
El regalo que menos nos podemos dar es aquel que implique la desconfianza en nuestras instituciones, la ausencia de ciudadanos para cerrar un proceso electoral que debemos culminar y el “acostumbrarnos” a que la decisión sea de unos cuantos que sí acuden a votar; es decir, que sea una decisión con más participación que asegure la representatividad que requerimos.
Por eso, me tomo el tiempo para hablar de lo que debe ser importante en estos días. Ya vendrán los que sean para celebrar este año en el que no debemos dejar las cosas inconclusas. La última elección y ya nos vamos. Tenemos la oportunidad de demostrar que podemos cumplir con este deber ciudadano. Confío.
“Es importante que antes de que nos vayamos a las fiestas, recordemos que el voto es una herramienta fundamental para tomar decisiones que nos representen como ciudadanía”