T-MEC PARA UN LIBRE COMERCIO SUSTENTADO EN REGLAS Y QUE DÉ CERTIDUMBRE

México es el primer país en aprobar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el cual sustituirá al todavía vigente TLCAN, una vez que Estados Unidos y Canadá concluyan sus procesos jurídicos internos necesarios para la aprobación y ratificación del instrumento.

Conviene mencionar que en Estados Unidos hay progresos importantes en el proceso de discusión que se está llevando a cabo al interior de la Cámara de Representantes en torno al T-MEC. En particular, sobre los aspectos que son de interés para los demócratas y que tienen que ver con los mecanismos de cumplimiento (enforcement) para algunas disposiciones en materia laboral y medioambiental, por ejemplo. Se espera que en los próximos días, el presidente envíe al Congreso estadounidense el proyecto de ley de implementación para iniciar formalmente el proceso legislativo, primero en la Cámara de Representantes y después en el Senado. Es probable que esto ocurra antes del receso de agosto o durante el mes de septiembre. En el caso de Canadá, también hay avances en el Parlamento. Ahora se está discutiendo la legislación de implementación en el Comité Permanente de Comercio Internacional de la Cámara de los Comunes. El siguiente paso será su discusión y votación, ya sea en un periodo extraordinario de sesiones o en el mes de septiembre, cuando inicie el próximo periodo ordinario. Luego pasará por un proceso legislativo similar en el Senado.

La voluntad que México mostró al aprobar el T-MEC es un impulso importante en estos procesos, porque manda un claro mensaje de la relevancia de este tratado para fortalecer la competitividad de América del Norte, mediante un comercio regional, inclusivo y responsable que permita, a su vez, aprovechar las oportunidades de la economía del siglo XXI. Pero, más aún, de apego al libre comercio sustentado en reglas para mantener la certidumbre del comercio y las inversiones.