Segundos pisos, ‘pastilla’ a los congestionamientos
El 83% de habitantes quiere vialidades elevadas, pero en CDMX implicaron más problemas que soluciones
El municipio de Monterrey confirmó el aval a la construcción de segundos pisos en las avenidas Gonzalitos y Morones Prieto, pero aún no cuenta con estudios que garanticen beneficios para la ciudadanía.
De acuerdo con datos de la campaña Monterrey Opina, 83% de los participantes aprobó la construcción de viaductos elevados. Sin embargo, se descartó la opción de tener esas vialidades en la Carretera Nacional y en la avenida Churubusco.
El alcalde Adrián de la Garza abundó que 54% de los 15 mil 569 participantes en la encuesta consideró que el eje vial más conflictivo en Monterrey es Gonzalitos-Leones, seguido de la Carretera Nacional y Garza Sada, con 25%.
Con base en los resultados, De la Garza apuntó que se realizarán estudios de viabilidad técnica, impacto ambiental, costos y financiamiento para determinar si se realizarán las obras durante su administración.
Acotó que si se aprueba la alternativa, se recurriría a la iniciativa privada para realizar hasta cuatro proyectos, pero ello implicaría un cobro de peaje a los usuarios. Dicha modalidad ya ha sido criticada en la Ciudad de México, donde los viaductos elevados arrancaron hace casi dos décadas.
Ecos de la CDMX
Hace 17 años que la primera parte del segundo piso del Periférico –Distribuidor Vial San Antonio– en la Ciudad de México fue una realidad. Ese tramo aún es gratuito, pero a casi dos décadas de la implementación de este tipo de vialidades, la queja generalizada es que sólo son una medida temporal y parcial para los problemas de movilidad de la urbe, tal como lo ha referido World Resources Institute (WRI) México, así como el difunto arquitecto Jorge Legarreta, quien vio puntos positivos al proyecto, pero reconoció que posee acotada eficacia debido al incesante incremento de vehículos privados en la capital del país.
De acuerdo con datos de la Oficialía Mayor del gobierno de la CDMX de 2018, algunas cuotas de las autopistas urbanas de cobro se dispararon hasta 410%, bajo el argumento de que las empresas concesionarias están en la etapa de recuperación de los recursos invertidos.