MÓNICA FERNÁNDEZ BALBOA
SENADORA DE LA REPÚBLICA POR MORENA
El pasado jueves el Senado de la República cumplió con una de sus más importantes responsabilidades. En una sesión que concluyó hasta las seis de la mañana del viernes, las y los senadores llevamos a cabo un ejercicio de revisión del denominado paquete fiscal para el próximo año, el cual se refiere a, al menos, cuatro leyes que dan certidumbre jurídica a los contribuyentes respecto a los impuestos y otros pagos que deben hacer por diversos servicios que proporciona el gobierno. Tradicionalmente, el Senado era una cámara que se había convertido en un espacio de trámite ante lo aprobado por los diputados. En esta ocasión fue distinto. En la Cámara alta se hicieron cambios de gran relevancia. En primer término, se evitó que los agricultores tuvieran que pagar derechos por el uso de agua. De igual forma, se dieron garantías al sector automotriz mexicano, al no aceptar que se legalizaran vehículos de procedencia extranjera conocidos como autos
chocolate. En cuanto al impuesto sobre la renta se establecieron disposiciones que protegen el trabajo de los ejidatarios y comuneros para facilitarles el cumplimiento de sus obligaciones tributarias, sin que ello signifique cargas excesivas o impedimentos que afecten no sólo a su patrimonio, sino sobre todo a las actividades propias del campo. El Senado de la República también modificó el proyecto de paquete fiscal enviado por la colegisladora en el sentido de que las empresas que distribuyen productos por medios digitales también cumplan, como todos los demás, paguen lo que les corresponde. En este caso, el Senado consideró pertinente ampliar los plazos para que esta disposición se aplique. El criterio general que se siguió en el Senado al aprobar el paquete fiscal para 2020 fue garantizar recursos suficientes para financiar el gasto público, pero siempre tanto en los ingresos como en los egresos con una visión responsable, justa, pero sobre todo con compromiso social.