RECIBIENDO UNA DÉCADA CON AMOR, PAZ Y LUZ
“En el principio era la palabra, y la palabra era con Dios, y la palabra era Dios…” Es una revelación conocida por muchos. A lo largo de la historia todas las tradiciones espirituales y religiosas han hablado del poder de las oraciones y los cantos sagrados. Incluso las mentes más brillantes han hecho alusión a la música como parte fundamental del sentido de la vida. Y lo es. Los descubrimientos actuales sobre Cimática han demostrado que las vibraciones de los sonidos crean formas específicas en la materia. El entendimiento de que el mundo físico está compuesto 99.99% de vacío refuerza la noción de que lo que concebimos como realidad está compuesto de energía traducida en átomos y moléculas en constante movimiento. El sonido es la llave que puede entrar en las capas más profundas de la materia antes de ser manifestada e incluso establecer una conexión directa con el alma ¿quién no se estremece o se conmueve con la música que toca su corazón? La música sagrada, es decir, la música que genera vibraciones de frecuencias elevadas, es capaz de restablecer el equilibrio de lo que está fuera de la armonía natural hasta el nivel subatómico. Incluso, nosotros emitimos vibraciones que pueden traducirse en música, cada uno somos una canción universal. En la medida que conocemos el poder de la palabra y de sus vibraciones, podemos conocer también sus efectos.