A CASI TRES SEMANAS DEL CICLÓN, PUERTO RICO PADECE LA FALTA DE AGUA POTABLE
A casi tres semanas del ciclón, el líquido desaparece de los comercios en una guiñada
Son las 10:24 de la mañana y la temperatura sobrepasa los 80 grados. Bajo el sol candente, un grupo de personas hace fila en a las afueras de un supermercado ubicado en Río Piedras, suburbio en donde viven varias comunidades pobres de San Juan. En el interior, a pesar de la alta demanda por productos de primera necesidad –razón por la cual se controla la entrada al lugar–, imperan las góndolas vacías.
Entre quienes desean tener acceso al establecimiento está Mario Verde, un hombre de mediana edad que viste una t-shirt sencilla con el diseño de un zapato de fondo y una gorra en su cabeza. Busca agua potable, y para ello llevó cuatro grandes galones que espera rellenar con el preciado líquido. Lo que Verde no sabe es que no queda más agua en el comercio, aun cuando han pasado 20 días del golpe del huracán María por la isla.
“¿Ah no hay? ¿Y qué hago yo en esta fila esperando?”, ripostó a la información dada por este medio.
En su casa tiene agua del grifo, pero dice que no desea utilizarla para tomar, porque no confía en que esté limpia.
En la misma fila, Mery Santana, una señora de mayor edad, se sorprende de que se haya acabado el agua potable en el supermercado.
“Yo vivo en San José (San Juan), durante el huracán la tubería se rompió y nadie tiene agua”, comentó.
Para bañarse, Santana llega a casa de familiares. Para tomar, tiene cuatro galones que le vendieron en una tienda en Puerto Nuevo, de hecho está racionando el producto para poder venderle a la mayor cantidad de personas posible.
En otro supermercado de San Juan, pero esta vez contiguo a un complejo de apartamentos de personas acomodadas, hay cajas de agua. Sin embargo, a pesar de que contienen solo un cuarto de lo que poseen los paquetes más comunes, están casi al mismo precio.
Luego del ciclón, miles de hogares en Puerto Rico quedaron sin servicio de agua potable. En los comercios, este producto se acaba en menos de una guiñada. El huracán fue el pasado 20 de septiembre, pero hoy solo a un 63.75% (800,000) de los abonados le llega agua, según el director de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), Elí Díaz. Este dato, no lo obtienen de sistemas de tecnologías, sino de informes sobre plantas en operación y manejo de bombas para distribución que a su vez dependen de generadores eléctricos y diésel.
La Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA) informó el martes que repartió un estimado de 7 millones de litros de agua. Empero, en comunidades como Punta Santiago en Humacao o Martel en Arecibo, su gente afirma que no ha recibido suministros suficientes. El reclamo se extiende alrede- dor de todo el país. Uno de los reclamos más dramáticos el martes provino del alcalde de Comerío —un pueblo en el interior montañoso de la Isla— Josean Santiago, quien relató que allí las inundaciones se llevaron toda la tubería de las plantas de agua potable y aguas sanitarias. La AAA le informó que necesitan otorgar un contrato para instalar nuevas tuberías y que a partir de la contratación, el proyecto puede demorar unos dos meses, si el río no crece. El pueblo tiene unas 7,000 familias y el alcalde solo cuenta con dos camiones cisternas para distribuir a unas 200 familias diarias. Además reparte agua embotellada que busca en un centro de distribución de la zona metropoliana (Bayamón) con ocho brigadas que van casa por casa. Hasta esa montaña llegó una brigada de la Guardia Nacional con una planta para purificar agua, pero no pueden servirla porque tienen que esperar entre cinco a siete días que el laboratorio de la AAA certifique su potabilidad.
“No hay agua potable. No hay agua, en mi pueblo no hay agua”, dijo Santiago casi al borde de las lágrimas en una entrevista radial (WKAQ). Dijo que la gente está tomando agua de escorrentías y cuerpos de agua.
La falta de agua ha llevado a varias comunidades rurales de la isla a beber, lavar y bañarse en ríos y manantiales. Como producto de esta acción, la alcaldesa del pueblo de Canóvanas, Lorna Soto, informó en días pasados que unas siete personas de su municipalidad se contagiaron con leptospirosis, bacteria que transmite el orín de algunos animales y puede ser mortal.
Problemas para cumplir con la demanda
El secretario de asuntos públicos, Ramón Rosario, aceptó que la demanda por el agua potable continúa en aumento y que los suplidores tienen problemas para cumplirla.
Ante esto, comentó que el Departamento de Salud local emitió una orden para permitir que la empresa Tres Monjitas y Suiza Dairy produzcan agua embotellada, junto a Coca Cola y Pepsi, para mitigar la demanda en los comercios.
De la misma forma, afirmó que priorizan la entrega de este suministro a unas 70 unidades de salud que no tienen el servicio. Según mencionó, el Estado trazó un acuerdo con el Departamento de Salud Federal para coordinar la entrega del mismo alrededor de la isla.
Sobre el alza desmedida en los costos que algunos consumidores han reportado a través de las redes sociales, el secretario del Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO), Michael Pirluisi, informó que perdura la orden de congelación de precios de agua.
“En cuanto a las quejas que están inundando las redes, hay que tener presente que no todo lo que se denuncia es una violación a la orden de congelación. Hemos notado que muchas veces se trata de precios distintos porque se tratan de marcas diferentes de un producto en particular. Por ejemplo, botellas de agua”, explicó Pierluisi.
El agua llegará... despacito
El agua llega al grifo de los boricuas gracias a la energía eléctrica, sistema que quedó un 100% en el suelo luego del paso de María. Hasta el martes solo un 16 % del país tenía luz. Esta situación agrava el proceso de recuperación del agua potable, que dependerá por el momento de generadores eléctricos.
De acuerdo a Díaz, la agencia que dirige solicitó a FEMA 220 generadores, para comenzar a bombear agua a los hogares. A dos semanas y media del fenómeno natural, solo han recibido 17 de estos. La AAA tiene 4,000 unidades, y de su parte posee 1,300 plantas eléctricas.
A esta situación, Díaz sumó la falta de material para arreglar el sistema. Aunque también pidió al Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos y FEMA ayuda en este renglón, el funcionario desconoce cuánto tiempo podría tardar la llegada de suministros.
“No hay agua potable. No hay agua... No hay agua en mi pueblo”.
Josean Santiago, alcalde de Comerío