¿CÓMO EDUCAR Y DIALOGAR CON NUESTROS JÓVENES?
A estas alturas ya saben los hechos entre dos colegios en una fiesta de graduación, mismos que han sido abordados por todos los medios y discutidos en todos los espacios públicos y privados.
Lamentablemente este es un problema más grave pues describe la naturaleza y la magnitud de la violencia que se vive entre los jóvenes en nuestro país. Más allá de lo mediático que ha sido este evento, creo que es una oportunidad para la creación de programas y políticas adecuadas para prevenir y sancionar la violencia. No podemos seguir siendo indiferentes a estos hechos que se repiten cada fin de semana en antros o fiestas y que muchas veces terminan con consecuencias fatales, sueños truncados, familias rotas, suicidios y abusos sexuales. Como muchos saben, tengo el honor de presidir la organización Convivencia Sin Violencia y durante estos años hemos trabajado en beneficio de la salud y seguridad de los jóvenes, promoviendo valores, actitudes de respeto y responsabilidad, así como evitando accidentes y actos de violencia por consumo de alcohol excesivo en ellos. En mi experiencia, me he dado cuenta de que los padres son el primer círculo y el más importante que hoy lamentablemente no está cumpliendo con su responsabilidad por estar más ocupados satisfaciendo necesidades materiales y descuidando lo más importante y que es su mejor inversión: sus hijos. Hoy debemos de educar con el ejemplo, no con simples enunciados. En México, la principal causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años de edad son los accidentes y actos violentos por el excesivo consumo de alcohol. Mueren 25 mil personas al año por esta causa y la edad promedio de inicio de consumo es de 12 años. Como verán el trabajo es muchísimo y el reto es enorme en esta sociedad, por eso estamos impulsando iniciativas de ley que castiguen las peleas con sanciones en arresto inconmutable en el Centro de Sanciones Administrativas “Torito” de 13 a 25 horas a quienes participen en riñas sin haber consumido alcohol, y de 26 a 36 horas a los que estén bajo su efecto o el de alguna otra droga. Buscamos utilizar el mismo esquema que tiene el alcoholímetro y que ha contribuido a reducir el 60 por ciento de pérdidas humanas por tomar y manejar, ya que el 75 por ciento de los accidentes y actos violentos graves suceden después de las 2:30 am. Esta es una hora en la que no tienen nada que hacer nuestros hijos en la calle pues no encontrarán el amor de su vida ni la mejor diversión. No podemos darnos el lujo de perder una generación por esta causa y por eso los invito a sumarse a Convivencia Sin Violencia para inspirar y motivar a los jóvenes a través de espacios que resalten el liderazgo, la autoestima, el esfuerzo y el valor del trabajo, así como la determinación para lograr superarse ante las adversidades y empoderarlos para encabezar acciones que contribuyan a construir un mejor país.