La perfecta familia Capetillo
La historia de amor entre Biby Gaytán y Eduardo Capetillo superó cualquier final de telenovela. 23 años de casados, cinco hijos y miles de anécdotas que contar, en esta cálida entrevista, a cargo de Gloria Calzada, nos revelan el secreto de su felicidad.
De la mano de Gloria Calzada nos adentramos en la vida de Eduardo, Biby, Eduardo Jr., Ana Paula, Alejandra y los pequeños Manuel y Daniel en un inolvidable día en su rancho. ¿Cómo fue su historia de amor? ¿A qué se dedican si no los vemos siempre en la TV? Ellos lo cuentan en exclusiva a Quién.
Eduardo recibió la llamada de Emilio Azcárraga Milmo y quedó muy sorprendido al notar que el mismísimo Tigre quería celebrar la historia de amor. De él fue la idea de transmitir la boda por televisión y a Biby y Eduardo les pareció perfecto compartir con todo el país la enorme alegría que estaban viviendo. Desde que Eduardo Capetillo conoció a Biby Gaytán en el casting de Timbiriche, le echó el ojo. Pero a pesar de que cantaron juntos dos años –cada quien tenía pareja–, la oportunidad nunca se dio. Después vino la telenovela Baila conmigo, donde les tocó ser pareja romántica y como que todavía no se daba la magia. Tanto que un día el productor Luis de Llano mandó llamar a Eduardo porque “las escenas de amor están saliendo muy fake. ¿Por qué no se van a comer y se hacen más amigos?”. Los dos estaban solteros. Biby en pleno éxito solista, trabajando mucho y Eduardo se animó a preguntarle qué haría ese fin de semana. Ella estaba libre y la invitó a cenar. Fin del problema: a partir de esa noche mejoraron sustancialmente las escenas de amor en la telenovela y arrancó la historia de un romance que lleva 25 años encendido.
LA MUJER QUE NO SOÑÉ
Fuera de que tienen cinco hijos, Biby y Eduardo siguen igualitos, de guapos y de enamorados. Y juntos han construido una preciosa familia contra todo pronóstico. Se decía de todo: “las parejas de artistas no duran”, “están muy jóvenes, les doy seis meses”. Dice Biby: “En cierta medida, envalentonados por el amor superamos el miedo y nos aferramos como pareja y a nuestra familia. Lo que era real para nosotros nos dio fuerza”. Dice Eduardo que esos ataques no han hecho más que
fortalecerlos, dado lo mucho que tuvieron que resistir. Así han construido su propio mundo. Biby se veía divina en su boda con esa corona de flores y tenía también el brillo en los ojos de toda mujer embarazada. Otra gran razón para celebrar. Ya estaba en camino Eduardo Jr. Y contra corriente, decidieron casarse en medio de la grabación de la telenovela Marimar (él) y Dos mujeres, un camino (ella), ¡ah! y una pancita de siete meses. Biby estaba agotada pero vivió como ella dice: “Mi boda de ensueño”. Entre familia, amigos y gente del pueblo. Todo eso se vio en vivo a través del Canal de las Estrellas. Después de la boda, los Capetillo Gaytán prácticamente se nos esfumaron. Hemos sabido de ellos muy poco y de manera intermitente. ¿A qué se dedican? No es que vivan de sus rentas o sus ahorros de artistas exitosos. Como toda familia normal, trabajan para vivir. Eduardo siempre tuvo una faceta empresarial y hoy dirige una potabilizadora y embotelladora de agua emanada de un manantial ubicado en el rancho de la familia. Biby, después de echar a andar a sus tres hijos mayores, tuvo durante 10 años una exitosa academia de danza. “Con mi marido no me falta nada, pero yo, como muchas mujeres, soy independiente económicamente, sé trabajar”.
Y VIVIERON FELICES
Eso les ha dado la posibilidad de vivir como lo han planeado, dedicados a la familia, eligiendo los proyectos en los que se involucran y creando la Fundación Manuel Capetillo, que brinda ayuda a los habitantes de Ocoyoacac, Estado de México. Esa población es donde ellos viven, donde Eduardo creció y aún se tiene un recuerdo cariñoso de don Manuel, quien siempre estuvo dispuesto a ayudar a los vecinos: desde bautizar al niño, hasta reunir un dinerito para operar a alguien con necesidad. Hoy la familia quiere corresponder a la gente por 40 años de cariño.
Eduardo cedió la presidencia de la Fundación a Eduardo, su hijo, quien con sólo 22 años está increíblemente comprometido con el trabajo altruista, igual que su hermana Ana Paula. Biby está también al pie del cañón organizando el festejo del 10 de mayo, el Día del Niño. Dando pláticas y haciéndose presentes.
LOS SIETE FANTÁSTICOS
Hace poco circuló en las redes sociales una foto en la que “los Eduardos” estaban repartiendo comida a los peregrinos y, por encima de la obra misma, lo que desató muchos retuits fue el enorme parecido entre los dos. Éste no es sólo físico. Ese par, son amigos, compañeros de vida e incluso una de la actividades que más disfrutan es practicar juntos el motociclismo a campo abierto, algo que no le encanta a Biby. “Se me apachurra el corazón cada vez que sale a hacerlo”. Hay otros dos varoncitos que hoy tienen tres años. Estos cuatitos no estaban contemplados para nada. De hecho, llegaron cuando Biby y Eduardo estaban planeando una segunda luna de miel. Al darles la noticia a Alejandra, Ana Paula y Eduardo, éste abrió sus enormes ojos y le dijo a Biby: “¡Oye mamá, nunca pensé que a estas alturas fueran ustedes los que me saldrían con su ‘domingo siete!’”. Se rieron muchísimo. Obvio esos bebés tienen a toda la familia encantada y son la alegría del hogar, pero la espera fue cardiaca. Un embarazo doble a la edad de Biby, (más de 40 años) no es cualquier cosa. Con muchas atenciones médicas y gracias a su buena condición física, todo salió perfecto. Daniel y Manuel llevan los nombres de sus abuelos y son adorables, ¡y nos cuentan que también tremendos! “Fui una mamá joven y una mamá mayor, y siento que a esta edad soy una mamá con más paz. Cuando eres más joven te preocupas de más cosas y esta vez es pura gozadera”. Ana Paula es la más grande de las niñas, tiene 20 años y estudia Comunicación con énfasis en plataformas digitales y redes sociales. Adora los libros y, siendo esa su verdadera pasión, sus papás creen que va a ser escritora. Las letras son sus amigas, es una mujer sensible y
muy humana. Es la más maternal. Ayuda mucho con los niños. Les canta, les cuenta cuentos. Es la más discreta. Todo lo contrario es Alejandra de 17 años, ella es totalmente extrovertida. Le fascina conocer personas y es una amiga fuera de serie. Ale está viviendo el primer amor. Quiere ser diseñadora de modas y está por viajar a estudiar un curso al Parsons College, en NYC. Sus dos hijas tienen acceso total al clóset de Biby. Comparten la misma talla (salvo los zapatos), tienen un gusto muy similar, lo cual siempre es un gran pretexto para ir de shopping.
EDUARDO PROPONE, BIBY DISPONE
Eduardo dice que su casa es un matriarcado, que el pilar de la familia es Biby. Que él sugiere el plan, éste se somete a consenso, pero Biby decide. Ella es la conciliadora y a la vez la más estricta. Biby dice que no es así, que es una familia democrática. Antes los hombres eran minoría y, por tanto, las chicas ganaban, pero ahora con los cuatitos, las cosas cambiaron: quien tenga mejores argumentos gana. Cuando platiqué con Biby para esta entrevista, me encontré a una mujer feliz, enamorada, que ama su vida y entonces, ¿no extraña cantar? “Es parte de mí, cómo que no; pero tengo tan poco tiempo, y la escuela, no da tiempo de extrañar. Siempre lo llevo en mi corazón y cuando volteo a ver mi casa y a mis hijos, le doy gracias a Dios y se me pasa. Claro que lo extrañas. La vida así es, debes tener tus prioridades y mientras tengas eso claro todo va a estar bien”. Biby se mantiene tan hermosa como siempre y está lista para volver a abrir su academia de danza en el Estado de México dentro de un año, avalada por la Royal Academy of London. En cuanto a Eduardo, él opina que si les llegan proyectos que les gusten y convivan bien con su prioridad familiar, puede ser, puede ser.
El amor nos dio el valor para superar cualquier miedo –Biby