Billy, the Kid
Billy Rovzar está en un gran momento y se le nota. Habló en exclusiva para Quién de sus hijos, su trabajo, sus grandes pasiones y de los planes que tiene para el futuro, así como de la filosofía que hay detrás de su estilo de vida.
Billy Rovzar posa en exclusiva con sus hijos, Max y Alex, y nos revela cómo se mantiene joven para conectar con ellos.
Billy es sumamente ordenado en su estilo de vida, como demuestra la puntualidad con la que me recibe; cualidad que en alguna ocasión le procuró 15 minutos de una privilegiada conversación one on one con Richard Branson, uno de sus gurús. Ser estructurado con sus horarios es solamente uno de los factores a los que el productor, escritor, fundador y director de Lemon Films pone mucho énfasis. “Todos los días me levanto a las 5:30 am, media hora después ya estoy haciendo ejercicio, a las 7:10 ya estoy bañado. Medito con una cosa que se llama Muse que es una locura, es una banda que va en la cabeza y te mide la actividad cerebral con una app. Te lo pones con audífonos, escuchas el sonido del mar mientras te pide que te concentres en tu respiración y en lo que estás oyendo. Si empiezas a pensar en otra cosa, suena una especie de tormenta que te regresa a la concentración, a la respiración. Es lo mejor para practicar mindfulness”, asegura. Todos los días llega a las ocho de la mañana a su oficina e invierte unos momentos para escuchar música y leer. “Sé que a las nueve empieza mi día y trato de aprovechar al máximo ese tiempo en el que no tengo responsabilidad alguna”. Los lunes no programa juntas porque es cuando se reorganiza y también evita las comidas de trabajo. “Es importante tener mentores, aunque ellos no sepan que lo son [ríe]. Una vez leí que Carlos Peralta no hace comidas de trabajo porque nunca se llega a nada y creo que tiene razón. Si las acepto es por hacer relación pública, por convivir, pero eso es distinto”. En su oficina la atmósfera es relajada. Además del gran pizarrón que usa para anotar las lluvias de ideas tan necesarias de un proceso creativo, resalta una gráfica sobre energía zen. Se escucha un soundtrack de música para concentrarse y, a un costado de la mesa, hay un grupo de bean bags, asientos informales que logran un mood más cómodo en « las reuniones con su equipo de trabajo. Por ahora Billy y Lemon Films trabajan en el guión Matando Cabos 2, un filme que es un gran reto porque como él dice: “Es una película muy como de culto, es la referencia de Lemon Films, un caballito que no hemos montado pero va a salir muy bien”. También están con la temporada 4 (“season finale” le llama Billy) de Señor Ávila con HBO, la tercera de Paramédicos en Canal Once, La Bella y las bestias para Univisión y La piloto con el canal 2. Ser tan estructurado en su rutina no sólo le permite explotar al máximo los espacios laborales y creativos, también es una oportunidad de pasar más tiempo de calidad con su esposa Claudia Álvarez. Se casaron en la Riviera Nayarita a mediados de noviembre y son una de las parejas del medio del espectáculo más felices. “Aunque hay veces que me gusta quedarme un ratito más en la oficina, no lo hago porque a Clau no le gusta. También procuro ir a comer a la casa siempre que puedo”. La devoción que siente hacia ella (llevan ya más de cuatro años de relación) se nota en cada palabra que elige cada vez que la menciona. Y precisamente el amor que siente por sus seres queridos lo ha impulsado a llevar un estilo de vida muy saludable.
LAS RECOMPENSAS DE DEJAR LA FIESTA
Algo muy conocido de la vida de Billy Rovzar es que hace seis años y siete meses decidió dejar el alcohol. Pese a nunca haber tenido un problema con su forma de beber, él notó que no le hacía bien. Eso lo llevó a dejar de fumar y a optar por una vida más sana que incluye, además, una dieta cetogénica (basada en grasas animales, “cavernícola” como él le llama), la cual favorece la combustión de las grasas que hay en el cuerpo en vez de glucosa. Pero ¿qué impulsa un cambio tan radical? “Mis hijos”, responde. “Yo vengo de una vida de mucha fiesta, no sé si porque siempre había una, mi personalidad, la profesión con las premieres pero empiezas en martes y te sigues. Tomaba mucho y era ‘buena copa’, lo que no ayudaba pues cuando dejé de tomar todo mundo dijo: ‘¿Por?, ¿y ahora quién me va a pagar la cuenta?’” (ríe). Dice que lo decidió porque salía y luego no rendía para sus hijos. “No me tenían al 100 por ciento. Hoy me tienen al 500 por ciento. Además así conocí a Clau, en mis cinco sentidos. De estar borracho, ¡nunca me hubiera hecho caso!”. Mantiene esta decisión por lo bueno que ha obtenido al tomarla. Billy tiene dos hijos producto de su matrimonio con Fernanda Gamboa: Max, de 16
Dejé la fiesta porque mis hijos no me tenían al 100 por ciento. Además, así conocí a Clau, en mis cienco sentidos. ¡Borracho, nunca me hubiera hecho caso!» –Billy Rovzar
años, y Alexandra, de 14. Los dos viven en Miami con su mamá y la nueva pareja de ella, Gabriel, pero lleva bien la paternidad a distancia. “Al principio pensé que no iba a poder porque yo siento una necesidad muy grande de estar cerca de ellos. Pero hoy, con la maravilla de la aeronáutica, ir a Miami es como ir a Interlomas en un mal día. Además voy mucho por trabajo, los veo una o dos veces al mes y hablamos todo el tiempo”. Entre Billy y su ex esposa existe una relación extraordinaria, así también con Gabriel. “Muchos no lo entienden pero yo me quedo en su casa y tengo mi cuarto ahí. Adoro a Gabriel, es una persona a la que adoro. Cuando te divorcias, la persona con la que se casa tu ex es muy importante porque es el ‘segundo papá’ de tus hijos, es quien va a participar en más decisiones de educación que incluso tú que ya no vives con ellos”. Y en esta fórmula Claudia también juega un papel importante. “Ella y los niños se adoran y también hay una excelente relación con Fernanda y Gabriel. Es como debe ser”. PAPÁ DE PELÍCULA Los hijos de Billy están ya en la adolescencia, una etapa en la que suele complicarse la comunicación. Sin embargo este no es el caso. Billy usa todas las apps y conversan vía Snapchat o Musically, por ejemplo. “Así ellos viven el mundo, esto no va a parar, no va a cambiar, no los vamos a sacar de los aparatos, no podemos luchar. La estatua de Colosio dice: ‘El mundo no nos lo heredaron nuestros padres, nos lo heredaron nuestros hijos’. De alguna manera aplica a la tecnología también”. Ese es sólo un recurso más con el que se vincula con sus hijos. Compartirles su trabajo, llevarlos al cine, al gimnasio, tener una cena sin celulares, son varias de las actividades que realizan. “Estamos haciendo la película Hasta que la boda nos separe y se le mostré a mi hijo, me dio comentarios que me sirvieron bastante. Me interesa mucho la opinión de alguien de su edad. Al final, ellos manejan otro ‘idioma’, otra velocidad mental”. Me revela que quiere tener dos hijos más con Claudia, decisión 100 por ciento apoyada por sus dos primeros, al igual que su matrimonio. Billy le pidió su mano a sus hijos antes de casarse, pues está convencido de que esa era la manera de encontrar el balance. “Mis hijos adoran a Clau y mueren de ganas de que tengamos bebés, especialmente Alex”. Billy está al tanto de que vivir la paternidad más de 15 años después de la primera vez será muy distinto, pero se siente muy seguro y deseoso. “Cuando eres primerizo te espantas por todo. Ahora ya sé qué esperar y, aunque quizás yo no viva esa angustia, voy a tener que lidiar con las preocupaciones de Clau que es muy emocional. Seguro habrá discusiones de cómo hacer las cosas, de cómo educarlos, pero incluso eso me emociona”. Me dice que ella confía mucho en él y, que en ese sentido, él será el asesor de paternidad pues ya leyó los libros más importantes sobre crianza y paternidad. Asegura que hará muchas cosas distintas pues ahora sabe de temas como inteligencia emocional y programación neurolingüística. “La mayoría de la información llega en los primeros cuatro años y, de repente saber que tenemos una lección que elegir cada vez que interactuamos con ellos, me dará mucho en qué pensar”. Aunque estar mejor pareciera imposible, para Billy, una nueva etapa como papá, más maduro e informado, le sentará muy bien.