El lado humano de la historia nacional
Los directores de La habitación nos cuentan cómo condensaron en ocho cortometrajes los acontecimientos más trascendentales de los últimos 100 años en México.
“Este corto lo considero mi primer trabajo serio detrás de cámara” — Daniel Giménez Cacho
El último siglo de nuestro país cabe entre cuatro paredes. En La habitación, un grupo de cineastas mexicanos plasma cómo los hechos políticos y sociales que marcaron el rumbo de México afectaron las vidas de personajes de distintas épocas, cuyo único vínculo en común es haber vivido en el mismo espacio.
El filme está conformado por ocho cortos que tienen como telón de fondo momentos que van desde la Revolución y el magnicidio de Madero, pasando por la matanza de estudiantes en Tlatelolco y el terremoto de 1985, hasta el asesinato de Luis Donaldo Colosio y la violencia propiciada por los grupos delictivos de la actualidad.
Para el actor Daniel Giménez Cacho, esta película representa su primer “trabajo serio”, dice él, como director. “Fue la oportunidad de contar una historia que todos los mexicanos conocen pero desde otro lado, a partir de lo íntimo, mostrando cómo la vida nacional afectó la doméstica. Lo interesante es ver cómo un mismo espacio alberga tanta riqueza humana”, cuenta.
Carlos Carrera, ganador de Cannes en 1994 por Mejor Corto Animado, destaca que la desilusión de los personajes frente al contexto histórico es una constante en cada una historia. “La película refleja
cómo la frustración ha estado siempre en los diferentes momentos de nuestra historia. Además, es emocionante ver el paso del tiempo a nivel humano, en el ser y el actuar de las personas”.
Aunque el filme tiene muchos personajes –interpretados por actores como Kristyan Ferrer, Sofía Espinosa y Noé Hernández, entre otros–, es justamente la habitación el personaje estelar, aunque inanimado. “Lo es porque es una metáfora de nuestros últimos 100 años. Al ver esta transformación, la película se vuelve un mosaico de la mexicanidad que provoca catarsis en el espectador”, nos explica Natalia Beristáin.
Para Iván Ávila Dueñas esta película, escrita por la guionista María Diego Hernández, debe generar conciencia entre los mexicanos. “Nuestra historia como país no es nada fácil ni cómoda, pero revisitar el pasado sirve para que nos demos cuenta de que si no aprendemos del proceso histórico, corremos el riesgo de no sólo seguir repitiendo los errores, sino de que se magnifiquen de manera negativa, con mayores consecuencias”, concluye.