Una reina en instantes
Los 45 momentos que definieron a Letizia de España.
tumbonas, aún se respira el espíritu original y majestuoso de la propiedad.
La restauración y la decoración interior han sido estudiadas y dirigidas personalmente por la diseñadora, sin ningún tipo de ayuda profesional porque ella quería preservar su estilo, sin contaminación de influencias y tendencias. Incluso la selección de las piezas importantes de arte proviene de su investigación intuitiva y personal, y algunos de los artistas contemporáneos como Julian Schnabel, Vanessa Beecroft o Pistoletto se han convertido en buenos amigos y visitantes regulares de la casa que, para dichas ocasiones, suele engalanarse con arreglos de flores blancas.
Hay una evidente y clara inspiración étnica con muchos objetos recogidos durante los innumerables viajes por todo el mundo que ha realizado. Vasos de Marruecos, sombreros de Tailandia y mesas francesas con esfinge del siglo XVIII encontradas en el Chor Bazaar de Bombay conviven en armonía lado a lado con fotografías de Helmut Lang y otras originales de Horst P. Horst, como el icónico retrato de la también diseñadora Coco Chanel.
Aun así, en esta dirección sí hay espacio para el juego. Precisamente, ella ha incorporado elementos que reflejan su sentido del humor. Por ejemplo, la obra de Michelangelo Pistoletto que parte de una imagen de la diseñadora misma o el columpio que cuelga de un fuerte arbol en el jardín, territorio de Alfonso, un labrador que ya tiene unos años encima.
Alberta es capaz de explotar el refinamiento y la ligereza con igual facilidad a una gasa, que a un tejido de lana; a una consola china que a un candelabro del siglo XVIII intervenido. Como en su vida y en su trabajo, en esta casa de paredes blancas, lo tradicional se funde, casi imperceptiblemente, con lo contemporáneo.