Los rebozos de Juana Cuevas
Economista de profesión y ferviente amante de las tradiciones mexicanas, la esposa del candidato del PRI ha demostrado ser una gran apasionada de la cultura de nuestro país.
“Soy una mujer apasionada de México y de su cultura”, dice, a la menor provocación, Juana Cuevas. Entre sus pasiones por nuestras tradiciones, está su amor a los rebozos. Le encantan. A lo largo de muchos años, Juana se ha hecho de una bellísima colección. Le gustan de todos los estilos: los de trabajo de fleco trenzado o anudado, los de seda, algodón, lana o articela. También aprecia los de ala de paloma, con dibujos de ikat, los lisos en colores muy brillantes, los de rapacejos muy largos y los de flecos compuestos de triángulos. Los de color blanco, los lleva en ocasiones especiales, así como los que son en tonos rojos, naranjas y rosas. Los que más le entusiasman son hechos en telar de cintura y que miden más de dos y hasta tres metros para poder cruzárselos sobre el pecho, como si fueran dos cananas, tal como los usaba Frida Kahlo. Tiene rebozos de seda natural que pasan por un anillo, máxima prueba para saber si el rebozo es de buena calidad. Son tan delgaditos, que Juana los puede usar como bufanda, a manera de chal o para cubrirse la cabeza. Muchos de estos rebozos los ha comprado, siempre a precios muy justos, en Santa María del Río; otros los ha heredado de las tías, del lado materno, que viven en Tulancingo.
En la época en que estudiaba economía en el ITAM, donde conoció a su marido, José Antonio Meade, llamaba la atención porque era la única universitaria que llevaba rebozo. Esto, entre muchas otras razones, fue lo que le gustó al candidato por la coalición Todos por México. Cuando sus tres hijos eran pequeños, a la ahora pintora y curadora de arte, le gustaba cantarles, antes de que se durmieran, la canción “La Patita” de CriCri, Francisco Gabilondo Soler y que dice: “La patita, de canasta y con rebozo de bolita, va al mercado…” También se sabe de memoria “El son de la negra”, cuya letra dice: “¿Cuándo me traes a mi negra? Que la quiero ver aquí, con su rebozo de seda que le traje de Tepic”.
Desde hace 20 años, (tiene 23 de casada) Juana Cuevas ha apoyado a su marido in-con-di-cio-nal-mente. Ahora que José Antonio Meade se encuentra en campaña, siempre vemos a Juana sonriente (tiene una sonrisa preciosa) portando uno de sus tantos rebozos. A ella no se le cae, ni se le desliza a lo largo de uno de sus maravillosos huipiles que acostumbra usar. Al contrario, el rebozo lo lleva con garbo y con una elegancia sumamente natural.
Juana Cuevas, además de ser economista y pintora (también estudió moda), lleva muchos años trabajando en el Hospital de Ginecología y Obstetricia 4 del IMSS. Ama tanto a México, que lo sueña como un árbol lleno de vida y color, muy bien plantado en la tierra con principios firmes. Sueña que lo riega mucho para que llegue más y más alto.
Envuelta en uno de sus rebozos de seda, Juana riega y abona, asimismo, el amor que le tiene a su marido (quien fuera su novio cinco años) y de quien piensa que es el único candidato a la presidencia que puede sacar al país de la terrible situación en la que se encuentra, que es la persona indicada para recuperar todo lo que hemos perdido en México.