AMOR DE TRES LETRAS
Jacobo Sahaguian, socio de Fisher’s y cofundador y presidente de Club GTI México, nos habla de su gran pasión: uno de los autos más vendido en el mundo entero.
Jago, para los cuates, es apasionado, divertido, muy amiguero gracias a su sangre ligera y buen humor. Pero también a que tiene un gran tema de conversación: su amor por los GTI. El glorioso Caribe, nombre exclusivo de la primera generación del Golf en México, llegó a finales de los 70 y desde entonces, comenzó su legado y el de la versión deportiva, GTI. Jago nos cuenta de su pasión nacida desde aquel Caribe GT y de sus diferentes hijos con ruedas.
¿Cómo te enamoraste de los GTI?
Mi amor por los GTI nació cuando íbamos a Puebla a visitar a mis abuelos y pasábamos por la planta de Volkswagen. Siempre me dio curiosidad saber cómo armaban los coches y, unos años después, ya siendo adolescente, se comenzaron a vender los primeros Caribe. ¡Todos querían tener un GT! Era como el coche icono de la época.
¿Qué es lo más extraño que has vivido en uno?
Una vez modifiqué un Caribe para que corriera e hiciera muchísimo ruido. Lo probaba en la calle de mi casa y le daba la vuelta a la manzana, hasta que una vecina me preguntó si yo era el loco que estaba probando coches. Respondí que sí y me dijo: “¡Vas a matar a alguien o puedes matarte tú!”. A lo que contesté: “Si quiere, le doy una vuelta y me dice qué tan rápido va”. Terminamos siendo buenos amigos.
¿Cuál es el mejor recuerdo que tienes de alguno de tus autos?
Estaba en la agencia a punto de que me entregaran mi nuevo R32, cuando llegó una persona y me dijo: “Oye, este coche era para mí, pero me lo ganaste. ¿Me das permiso de prenderlo y sacarlo de la agencia?” y accedí. Fue emocionante ver cómo lo prendían y saber que me iban a entregar ese coche que es una versión muy especial que hay en México.