THE MARKLE SPARKLE
En un reportaje exclusivo para Quién, Charles Rae —corresponsal de la casa real con más de 20 años de experiencia y confidente cercano de algunos de los miembros fundamentales de la familia— explica por qué la boda del príncipe Harry y Meghan Markle será un suceso cultural y global sin precedentes. Además, predice lo que le espera al nuevo miembro de la familia Windsor.
Es extraño atestiguar que una ceremonia acartonada que se celebrará en una isla pequeña, desesperada por deshacerse de sus vecinos del continente, sea capaz de atraer semejante atención mundial. La familia real británica es un enigma, por cada admirador hay un crítico de sus tradiciones caducas y gastos cuantiosos. Sin embargo, la razón por la que la boda del príncipe Harry y Meghan Markle es tan especial e importante es que el 19 de mayo representa el rostro cambiante de la realeza. Incluso hace una generación, la idea de que una actriz estadounidense, divorciada, multirracial, que estudió en una escuela católica se casara con el hijo del próximo rey hubiera parecido un disparate.
LO CIERTO DEL FUTURO INCIERTO
Voy a ser despiadado y afirmar que la carrera actoral de Meghan se acabó. No habrá forma de que regrese a la pantalla chica, su perfil es enorme. Según me cuentan, acostumbrarse a esto cuesta bastante. Desde pequeña quería actuar. A fin de cuentas su padre, Thomas Markle, y su madre, Doria Ragland, se conocieron en un estudio de Hollywood a finales de los años 70, en donde él trabajaba como director de iluminación y ella era becaria.
Ahora, Meghan formará parte de una cofradía por lo que es imposible tener una carrera normal. No obstante, ella no es del tipo que permite que la nostalgia nuble su optimismo. “No me preocupa el pasado, ni emocional ni profesionalmente. Considero que la vida es una travesía y el punto no es llegar a un destino final, sino absorber todas las experiencias que vivimos en el camino. Y eso he intentado hacer siempre, desde mi primera oportunidad como actriz”, afirmó.
En esos primeros días, apariciones en series como CSI: Miami, 90210 y General Hospital, así como papeles pequeños en las películas Remember Me y Horrible Bosses, la mantuvieron activa y buscando su gran momento, el cual por fin le llegó en 2011 con Suits. “Fue la oportunidad indicada en el momento indicado y tengo mucho que agradecerle. Fue el mejor espaldarazo posible y me ha abierto muchísimas puertas más allá de la pantalla chica”, comentó.
Como se ha demostrado una y otra vez, la persistencia de la actriz produce resultados asombrosos y el público aprecia ese rasgo. Lejos del mundo del entretenimiento, se espera que sea la nueva guerrera real de la justicia social, que siga los pasos humanitarios de la princesa Diana. Ha trabajado con ONU Mujeres, ha participado en campañas para la salud menstrual en India y se considera activista. También ha aprovechado su plataforma como estrella televisiva para abogar por la equidad de género, las campañas de agua potable, la adopción de mascotas y la erradicación de la esclavitud moderna.
Me cuentan que Meghan consulta casi a diario a su futura cuñada Kate, la duquesa de Cambridge, sobre las cosas prácticas y los preparativos para la vida con el príncipe Harry después de que contraigan matrimonio el 19 de mayo en la capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor. Por supuesto, como cualquier otra novia, Meghan siente mariposas en el estómago al darse cuenta de la magnitud que tiene formar parte de una de las familias más famosas y, en ocasiones, más difíciles del mundo.
CUESTIÓN DE TÍTULO
Los títulos tienen tremenda importancia, se otorguen o se retiren. Pese a la tristeza que Harry sintió cuando