SABOR DOMINICANO
El Santo Domingo colonial te transportará a un apacible pasado.
“Santo Domingo está detenido en el tiempo; en medio del aire tropical las horas pasan despacito, con calma y esa brisa que llega de pronto se vuelve la mejor compañía para caminar en sus hermosas calles. Su historia, delicias culinarias y tradiciones me encantaron,” nos compartió Dominika Paleta. Ella junto a su esposo, Fabián Ibarra, nos acompañaron a conocer esta maravillosa ciudad colonial, la primera de América.
Fue un gran viaje por muchas razones. Una de ellas es que la mejor forma de conocer la ciudad es caminando, o bien en bici, para recorrer cada una de sus calles adoquinadas, llenas de monumentos coloniales. Es un repaso de la historia mientras disfrutas su olor a trópico, y conforme pasa el día vas de un lugar a otro para degustar la gastronomía típica, como los tostones o ropa vieja junto con una copa de brandy tradicional o chocolate artesanal.
Al atardecer, el mejor plan es sentarse en una terraza, ya sea para cenar o, simplemente, escuchar a las aves cantar y ver pasar a la gente. Para descansar, hay que hospedarse, como nosotros lo hicimos, en Casas del XVI. Este hotel hizo nuestra experiencia aún más completa. Su concepto vanguardista en el que el lujo se traduce en respetar la arquitectura de la zona revela un interiorismo auténtico y funcional. La alberca es uno de sus highlights imperdibles.