El regreso de Vero
La actriz nos platica sobre su vida y su familia en el marco de sus 50 años de carrera y su retorno a la televisión en la serie La casa de las flores.
Verónica Castro regresa a la televisión y comparte créditos con Aislinn Derbez y Cecilia Suárez. Ya la extrañábamos.
A PUNTO DE CUMPLIR 50 AÑOS DE CARRERA, VERÓNICA CASTRO REGRESA PARA REINVENTARSE. EN EXCLUSIVA, NOS CUENTA SOBRE SU FAMILIA, SER MADRE Y ABUELA, Y TAMBIÉN DEL ‘GRAN AMOR DE SU VIDA’.
Verónica miraba con miedo hacia una cama destendida. En el piso, por todo el derredor, había ropa de hombre. Tras casi cinco décadas de trayectoria, luego de filmar infinidad de escenas románticas, jamás se había sentido tan nerviosa en un set. Temblaba al lado de un cineasta que con la mano extendida le exigía la ropa que traía puesta.
Estaba en esta situación porque quería hacer algo distinto como actriz, reinventarse. Pero eso que había deseado por tanto tiempo ahora la aterrorizaba: “Nooo, te lo suplico. ¿Ya lo pensaste? Yo no me quiero encuerar”, recuerda Verónica que le dijo al director Manolo Caro. “Ten cuidado conmigo, por favor, ¡porque soy una neurótica para este tipo de cosas! Al final, le di mi ropa, él la tiró por ahí y me puse una bata… Para qué te lo cuento, ya verás”.
Cuando revive el momento previo a filmar la más “candente y sufrida escena” de La casa de las flores, serie de Netflix que estrena el 10 de agosto, bromea sobre ese instante que la hizo pasar el director y guionista. “No es que me haga la santa. Obviamente me porté muy mal en algún momento de mi vida, pero ya no”, exclama divertida.
Que Verónica decidiera volver a actuar, luego de una necesaria pausa de ocho años pues estaba harta de recibir las mismas ofertas, es culpa de Caro. “Me mintió, me dijo: ‘No te preocupes, es un personaje diferente pero en tu línea’”, revela y suelta una carcajada. Esa aseveración, confiesa la Reina de las Telenovelas, no pudo estar más alejada de la realidad. “Le decía a Manolo: ‘Pero si yo siempre he dado buenos ejemplos de las mujeres en la televisión y aquí soy macabra, ridícula, perversa, drogadicta… ¡todo! ¿Cómo me haces esto a mí?’ Y me respondió: ‘Pues querías algo diferente, ¿no? Ahí tienes tu diferente’”.
Esta serie es una comedia de humor negro que explora la intimidad de una familia nada convencional, dueña de una elegante florería. “Justo en el aniversario de Ernesto de la Mora [interpretado por Arturo Ríos], su esposa e hijos descubren que él tiene una casa chica y a partir de eso tienen que reinventar a su familia”, relata Manolo. Como todas las puestas en escena y las películas de Caro, la trama es muy personal, mas no autobiográfica. “Vengo de una familia muy compleja pero también muy divertida a la cual amo y eso se refleja en la serie”.
Verónica da vida a Virginia, la matriarca que debe guardar los secretos familiares y meter en cintura a sus tres hijos (interpretados por Cecilia Suárez, Aislinn Derbez y Darío Yazbek), algo en lo que tiene experiencia en la vida real. “En la escala del 1 al 10, mi familia tiene 10 secretos. Y mira que la gente sabe mucho de mi vida porque los periodistas se metieron hasta la cocina. Aun así, sí tenemos nuestros secretitos. Y, obviamente como mamá, me tengo que guardar los de mis hijos también”.
De todo el “fuerte contenido” del proyecto, confiesa que con el único tema de la historia que conecta es con el de la maternidad. “La verdad es que por más estupideces que los hijos cometan en la vida hay que apoyarlos siempre. Por eso digo: ‘Ay, no pasa nada, que se siga casando, da igual’”, dice en alusión al reciente
matrimonio de su hijo Cristian que sólo duró un mes. Ahora Verónica cuenta los días para el estreno de la temporada de La casa de las flores y así conocer la opinión del público que tanto le importa. “Los actores siempre estamos pidiéndole a la vida un personaje distinto y en la serie tengo que demostrar que soy una loca perdida. Y pues sí lo soy, ni modo, ya me descubrieron”.
COMO NUNCA LA HAS VISTO
En algunas escenas, Manolo le pedía a Verónica que bajara la intensidad de su actuación. A veces, tanto el elenco como el equipo técnico y hasta él mismo se reían al verla actuar. Esto, revela la protagonista, le generaba confusión e inseguridad. “Todos se atacaban de la risa y yo pensaba: ‘Pero cómo, si yo estoy sufriendo, nerviosa y angustiada por lo que le pasa a mi personaje’. No sabía si lo estaba haciendo bien, si se estaban riendo conmigo o de mí”.
Cecilia Suárez, quien interpreta a Paulina, la hija mayor que se encarga de las finanzas del negocio familiar y que atraviesa un bache emocional, aclara lo que sucedía en esas escenas. “Obvio que nos reíamos con ella. Sólo de entrar al set sonreíamos porque Verónica no es cualquier persona, es un icono. Es muy fuerte verla entrar por primera vez, muy fuerte. Como actriz está en otro rango. Verónica estaba consciente de que este papel iba a ser muy diferente y eso fue justamente lo que le atrajo”.
Una duda legítima era saber si Verónica, después de décadas de protagonizar melodramas como Rosa salvaje y Los ricos también lloran, podría actuar en un rango distinto. “Van a ver a una
Verónica muy relajada, que no escucha el apuntador y repite líneas porque aquí tenía toda la libertad e improvisaba. Va a ser una actuación que nunca habíamos visto de ella”, explica Aislinn Derbez quien encarna a Elena. Este personaje, tras vivir en otro país, regresa a casa de sus padres en donde luchará por independizarse.
Aunque es la primera vez que Verónica es dirigida por Manolo, quien le ofreció este protagónico tras verla en la obra Aplauso, en 2016, el director de No sé si cortarme las venas… fue durante un tiempo casi miembro de la familia Castro. Él pasaba mucho tiempo en casa de Verónica porque era amigo cercano de su hijo menor, Michel. “Por eso a Manolo lo quiero como un hijo y me preocupo porque cada vez lo veo más flaco. Estoy muy agradecida porque jamás me imaginé que me iba a encontrar un director como él, tan paciente. Es un santo. En el set no había ni una sola palabrota… bueno, sólo las que yo decía”.
UNA FAMILIA PECULIAR
Verónica está a nada de cumplir cinco décadas de trayectoria. Debutó en No creo en los hombres (1969), pero tras una vida como una de las figuras mexicanas más reconocidas en el extranjero —sus telenovelas fueron dobladas a decenas de idiomas— empezó a pensar constantemente “¿qué he hecho de mi vida”. Tras actuar en 2010 en Los exitosos Pérez decidió parar.
La pantalla chica era una metáfora de cómo los personajes rutinarios la habían encasillado en un espacio cuadrado en el que ya no se sentía cómoda. “Fue importante hacer una pausa para que el público también quisiera verme otra vez”, reflexiona Verónica, a sus 65 años. En este lapso alejada de la actuación viajó bastante, pero los aeropuertos la fastidiaron rápido. “No me gustan porque te revisan hasta las pompas y no puedes fumar”. Entonces optó por una vida tranquila, en casa. “Hice ejercicio y, aunque me daba más flojerita que antes, recuperé mi peso normal y, en mi caminito a los 70, me siento bien contenta”.
En retrospectiva, reconoce que sacrificó su vida personal por el trabajo. “Lo malo fue la pérdida de la privacidad, que pierdes mucho contacto con tu vida como mujer y mamá. Mis hijos hubieran querido estar más apegados a mí y, claro, yo también a ellos, pero siempre es una cosa por la otra”, se sincera.
Pero esas culpas han quedado atrás, sobre todo ahora que Cristian es padre. “Los hijos van entendiendo que si no había papá, pues mamá tenía que trabajar. Ahora Cristian me habla y me dice que ya me busque un galán y yo le digo: ‘¿Me lo dices ahora que ya voy por los 70 años? Ya no se me antoja… a buena edad me lo vienes a decir, ¡después de que me espantaste a todos!’”.
Pero, ¿se siente feliz y exitosa en esta etapa de su vida? Ella responde con su usual honestidad: “Lo que significa eso va cambiando con la edad”, dice antes de hacer una muy larga pausa. “Sabes... el éxito es una palabra extraña. Bien te puedo decir que ni el éxito ni la fama te van a hacer feliz. Puede ser que haya sido exitosa en mi carrera, pero si volteas a ver mi caso, yo nunca tuve éxito con mis parejas”. Los padres