LOS ROMANOV
EL MITO QUE NO HA MUERTO
Cientos de oportunistas han dicho ser Anastasia y Alexis, pero hubo dos que obtuvieron la credibilidad de extraños y familiares. Además, un par de teorías que investigadores proponen eran realmente los hijos de los zares. Auténticos o impostores, a 100 años de la muerte de la familia aquí las teorías más plausibles sobre su desenlace.
Federico de Sajonia la ayudó y la sacó del lado soviético en 1946. Ahí vivió sola los siguientes 20 años con un perro y dicen, 60 gatos. Cuando la encontraron, vivía en unas condiciones tan insalubres que la llevaron a un hospital y, de ahí, Gleb Botkin la regresó a Estados Unidos. En 1968 se casó con un profesor de historia llamado JE Manahan y vivió en Virginia donde murió en 1984.
La vida de Anna Anderson llamó tanta atención que se convirtió en una obra de teatro francesa y después, en la película Anastasia, el film que le daría a Ingrid Bergman su primer Oscar en 1956 y convertiría el mito de sobrevivencia de la gran duquesa en una fantasía popular.
En 1991, exhumaron su cuerpo y analizaron su ADN comparándolo con el de su probable primo, el príncipe Felipe, consorte de la reina Isabel, quien es sobrino de la zarina Alexandra. El estudio probó que Anna Anderson no era Anastasia y, comprobó, que aquel investigador de los años 20 tenía razón: su verdadero nombre era Franziska Schanzkowska, una trabajadora polaca que sufría de esquizofrenia. El misterio estaba resuelto aunque algunos todavía dudan de que las muestras de ADN sean fidedignas.
¿MARGA BOODTS ES OLGA?
Cuando Anastasia Tchaikovsky declaró que era Anastasia, una mujer casada con un oficial alemán, Marga Boodts, expresó que ella sí era una verdadera Romanov y que su nombre esra la gran duquesa Olga, la primera hija de Nicolás II y Alexandra. Probó que la mantenía el kaiser Wilhelm II, a quien le había prometido no decir nada sobre su verdadera identidad. Según ella, sobrevivió la ejecución en Ekaterinburgo porque un soldado del escuadrón que fue a fusilarlos llamado Dimitri la dejó inconsciente, reemplazó su cuerpo con el de otra mujer y la ayudó a escapar. Después, la acompañó a Vladivostok donde la dejó con un comando alemán. Se casó con Carlo Boodts, tomó su nombre y se divorció de él dos años después. Ella asgura que el kaiser Wilhelm II la reconoció como Olga y le dio ayuda financiera.
Pero el kaiser no fue el único. El príncipe Segismundo de Prusia, su primo hermano, el duque de Oldenburgo, el ahijado de su papá, y el papa Pío XII la reconocieron como Olga y le dieron dinero. Incluso, con el príncipe Segismundo mantuvo una gran relación de amistad en la que intercambiaron más de 530 cartas.
Boodts insistió toda su vida que ella vio cómo su hermana Anastasia fue asesinada. Jamás quiso conocer a Anna Anderson y siempre la señaló como impostora.
Ella vivió en Lago Como y aunque el libro que escribió Io Vivo no se publicó en vida, se puede leer en español con el título Estoy viva. Murió a los 81 años y en su tumba se escribió: “En memoria de Olga Nikolaevna, 1895-1976, hija mayor del emperador Nicolás II de Rusia”. Por desgracia su sepultu-
ra fue destruida en 1995 así que no hay forma de probar si Marga era realmente Olga o no.
¿LARISSA TUDOR ES TATIANA?
Lo más extraño en esta historia es que Larissa jamás declaró ser una Romanov. La especulación surge muchos años después cuando el autor Michael Occleshaw realizó una investigación sobre la posibilidad de que esta mujer fuera Tatiana, la segunda hija de Nicolás II. Publicó sus resultados en el libro The Romanov Conspiracies: the Romanovs and the House of Windsor en 1995.
Lo que le llamó la atención fue lo siguiente: ¿De dónde provino la gran herencia que le dejó a su marido? ¿Por qué su tumba lleva el nombre de Feodorovna, mismo que usaba la zarina? ¿Por qué su esposo le llevaba flores el día del cumpleaños de la gran duquesa Tatiana?
En su texto, cuenta que hay contradicciones sobre cómo Owen Tudor conoció a Tatiana en Constantinopla (hoy Estambul) en 1921. Primero, ella dijo que era una bailarina hija de un carnicero, pero después señaló que era descendiente de una buena familia de San Petersburgo. Según una de las primas de Owen, Larissa alguna vez le dijo que se había escapado de Rusia y que sobrevivió en Constantinopla como pudo.
Además, hay tres fechas distintas de nacimiento: una en su acta de naturalización, otra en la de matrimonio y otra más en la de defunción. Asimismo, no existe ningún récord de alguna Larissa Haouk entrando a Inglaterra entre 1921 y 1923.
Occleshaw menciona que el diario del coronel Richard Meinertzhagen atestigua el rescate de una de las hijas del zar en julio de 1918: “Una joven fue aventada al avión en Ekaterinburgo y la lleva a Inglaterra donde aún reside”. Los críticos dicen que el diario del coronel es pura fantasía.
Otra prueba que muestra es una foto del 4 de septiembre de 1918 publicada en el Harrogate Herald donde se muestra a un grupo de aristócratas rusos exiliados. En la imagen está la emperatriz María, madre de Nicolás II, y una mujer no identificada que se parece a Larissa y a Tatiana.
Eventualmente, Tatiana murió de tuberculosis en 1926 y la emperatriz María fundo cuatro hospitales en la zona, siendo uno de ellos un sanatorio especializado para tratar dicha enfermedad. En 2007, cuando se encontraron los restos de los cuerpos que faltaban, se eliminó la teoría de que era Tatiana.
¿FILIPP G. SEMYONOV ES ALEXIS?
Otro autor que pensaba que el príncipe heredero Alexis no murió en la masacre es el escritor e historiador ruso Edvard Radzinsky. El escritor de varios libros como El último zar, basaba su teoría en 25 años de investigación que fundamentaba en dos evidencias. La primera, una serie de reportes de los soldados que fusilaron a la familia que se encontraban archivados y que insinuaban que Alexis no había muerto. La segunda, archivos de 1949 sobre un paciente que insistía en ser el hijo de Nicolás II.
La teoría dice que tras sobrevivir, se cambió el nombre a Filipp Grigorovich Semyonov y se enlistó en el ejército rojo. Cuando descubrieron quién era realmente le dieron la opción de aceptar ser Alexis y morir o reconocer que padecía de paranoia y ser internado en un campo de trabajo; escogió lo último. Encerrado, platicó con varias personas que dicen que el joven sabía perfectamente cómo era el palacio de invierno y tenía unos excelentes modales. Fue liberado en 1964 y murió al poco tiempo.
Después de que se encontraron los últimos restos de la familia real, la teoría de que Semyonov fue Alexis también quedó descartada por completo.