ELLA ES PAOLA FÉLIX DÍAZ
Así se describe la titular del Fondo Mixto de Promoción turística de la Ciudad de México, la Capital Cultural de América.
Su papel al frente del Fondo de Promoción Turística de la Ciudad de México, su mayor pasión.
Cuenta Paola, a quien no lo importa ser criticada por haber iniciado su carrera en el PRI, que a pesar de haber recibido varias propuestas en los últimos años, fue hasta 2015 que decidió por fin entrarle a la política y competir por un puesto de elección popular. Admite también que el servicio público no era un tema que le interesara, y que siempre fue consciente de que no contaba con lo que llaman un “perfil político típico”, como el de la mayoría de sus excompañeros legisladores.
“Mi mamá fue diputada local y federal por el PRI, es decir, por ‘la mafia del poder’; sin embargo, es de ella de quien tomé el gusto por el trabajo social y el trato con la gente”, dice Paola, quien en 2013 fue buscada para ser diputa| da del PRD, por invitación de Amalia García y Víctor Romo.
Finalmente rechazó la invitación perredista. Aparentemente, la política no era lo suyo. Dos años después cambió de opinión cuando el PRI, por Y medio de César Camacho, le ofreció una candidatura por Álvaro Obregón, donde el PRD reinaba desde hacía tiempo.
“Me dijeron que no ganaría la postulación pero que mis iniciativas sobre trata de personas, que desde entonces era el tema que más me interesaba, habrían de ser tomadas en cuenta”, comenta Paola, quien pese a los pronósticos tomó la candidatura y ganó por mayoría. En cuestión de meses, Paola Félix se convirtió en diputada federal en la LXIII legislatura.
CAMBIOS Y RETOS
Paola asegura que aunque la aventura que estaba por tomar le generó entusiasmo, hubo también algunas desilusiones a causa de trabas internas en el partido que no le permitieron tocar a fondo temas como la trata de personas. Le dijeron que eso podría “afectar” a algunos personajes de la política nacional, como a Miguel Ángel Osorio Chong, titular de la Secretaría de Gobernación en ese entonces. Finalmente decidió desobedecer a su partido ( PRI) y recibió a padres de hijos desaparecidos.
“No me permitían alzar la voz sobre temas complicados. Pensaba: ‘yo no me debo a nadie, me dieron una candidatura pero la gané yo por voto popular, y ahora tengo que cumplirle a la gente’; aquello era como un clan en el que había que seguir las reglas”, confiesa la expriista.
Año y medio después, durante una entrega de sillas de ruedas en el estado de Veracruz, conoció a Andrés Manuel López Obrador, quien la invitó a sumarse a Morena. Y así lo hizo. Paola fue la primera diputada federal en cambiarse al que en ese entonces era el nuevo partido.
“Admiro mucho al presidente desde mi adolescencia, de hecho lo entrevisté en Copilco, cuando daba entrevistas por el tema del desafuero. En aquel entonces me recomendaron buscar a alguien importante y hacerle una entrevista real para un periódico, así que pensé en él y me lancé a la aventura. Esto es algo que ni siquiera lo he comentado con el presidente”.
En septiembre del año pasado, justo en el periodo de transición, dejó de ser diputada federal y se unió a los equipos de trabajo de Morena, el partido que llevó a Palacio Nacional a AMLO.
CHAIRA, SÍ, PERO EN EL BUEN SENTIDO
Sabe perfecto que se trata del adjetivo de moda, pero que muchas veces es una palabra utilizada para dividir a los mexicanos. “Me llaman chaira, lo sé, pero no me molesta, aunque estar en Morena hizo que algunos en mi familia e incluso amigos, me dejaran de hablar o simple
mente se alejaran, pero bueno, ahora son ellos quienes me buscan otra vez”, dice Paola entre risas.
En cuanto al término cuarta transformación, le gusta cómo suena, pero más como un concepto de movimiento social, y no tanto como un tópico de discusión o división, como suena en las redes sociales. “Las redes son una de las herramientas de mayor utilidad en nuestros tiempos, pero también son un arma peligrosa, porque existen los contrarios y muchísimos bots, pero también un termómetro para hacer bien las cosas”, comenta Paola, quien para temas políticos prefiere no usar Galico, su apellido paterno.
AL FRENTE DEL FONDO DE PROMOCIÓN TURÍSTICA DE LA CIUDAD DE MÉXICO
Su formación académica es, en sus propias palabras, una etapa accidentada. Estudió un año de prepa en el Sierra Nevada y dos más en una escuela militar, donde tuvo únicamente compañeros varones. Después entró a la Anáhuac, a la carrera de Comunicación, y al poco tiempo probó con Psicología. Con los meses ingresó de forma definitiva a Derecho, en el Instituto de Estudios Superiores del Colegio Holandés. A la par ingresó a la organización filantrópica de las Naciones Unidas, Operation Blessings, y se involucró en el combate al tráfico y pornografía infantil, donde notó que en el país no existían leyes ni legislación al respecto. “Esto me acercó a la política porque empecé a pedir reuniones con diputados de todos los partidos, pero no me pelaban mucho; fue así como empecé ”.
Una vez en Morena, llegó al Fondo Mixto de Promoción Turística de la Ciudad de México, un fideicomiso público-privado que designa presupuestos para la promoción de la ciudad con el fin de colocarla como la Capital Cultural de América a través de festivales y eventos como Fórmula Uno, Día de Muertos, Feria de las Culturas, partidos de la NFL y el Maratón CDMX, entre otros.
“Me l l aman chaira, pero no me molesta, aunque estar en Morena hizo que algunos en mi f amilia me dejaran de hablar.”