Quién

La controvert­ida hija de Alejandra Guzmán en exclusiva desde Miami.

“NO SOY MALA, Y NUNCA LO HE SIDO”

- Por Mercedes Abascal / Fotos Santiago Ruiseñor

Cuando se habla de Frida Sofía, hija de Alejandra Guzmán, la gente piensa, casi por incercia, en escándalo o controvers­ia. Y es que, últimament­e, gracias a las redes sociales y los medios de comunicaci­ón, hemos sido testigos de enfrentami­entos, disputas y malos entendidos entre las integrante­s de la dinastía Pinal. En otras palabras, han sido expuestas, o se han expuesto, a que la gente hable de ellas. Obviamente no han sido tiempos fáciles para la familia. Sin embargo, lo que muchas veces como espectador­es no conocemos es el verdadero fondo de la situación.

Si alguien levanta la voz, como Frida lo ha hecho, más que juzgar, deberíamos de escuchar qué es lo que tiene que decir. Es muy fácil etiquetar a las personas sin antes conocerlas.

Yo sí conozco a Frida. Convivimos hace unos días en Miami, específica­mente en el showroom DIDA Home, donde hicimos el shooting y la entrevista. ¿Y qué vi en ella? Descubrí a una joven llena de vitalidad, con un sentido del humor increíble y un carácter único. Conocí a una Frida con ganas de comerse el mundo, de cumplir sus sueños y de triunfar en la música. Una mujer que se ha enfrentado SOLA a muchísimas situacione­s difíciles

y que aun así está de pie, con los pantalones bien puestos, orgullosa de quien es y, sobretodo, lista para demostrar que no hay quien la frene.

En esta entevista, Frida habla sobre su infancia, sobre la relación con los distintos miembros de su familia y algunos de los momentos más difíciles que ha vivido. Además, profundiza sobre su carrera como cantante, la cual está arrancando con éxito.

Platícame de tu disco…

Bueno, no es un disco todavía, pero tengo muchísimas canciones. Empecé a escribirla­s desde chiquitita. Siempre me ha encantado la música y he bailado ballet toda mi vida. El cambio drástico fue cuando me intentaron secuestrar, por segunda vez, y me tuve que ir del país. Tenía 12 años y era el Día de las Madres en México. De la noche a la mañana fue así de “te largas”, por mi bien, ¿me entiendes?, por mi seguridad. Pero a esa edad fue muy difícil, no pude ni empacar mis cosas, no pude hablar del shock, que es normal cuando te pasa algo tan grave. Vi mucho, disparos, cosas feas, tipo película… me traumé.

“Cuando te maltratan y te hacen cosas que no están bien, no te l as tienes que callar, es tóxico.”

Pero, ¿ibas sola?, ¿llevabas seguridad?

No, no llevaba seguridad. Fui al teatro donde iba a ser mi festival de ballet, era el último ensayo antes del show. Como yo estaba más avanzada, mi horario no era con las niñas de 12 a 16 años, más bien bailaba con las de 16 a 18 años. Los tiempos los planearon la gente que me intentó secuestrar, gente que trabajaba para mi mamá. Sabiendo lo que me importaba el ballet, estaban seguros de que yo no faltaría al ensayo. Se me cerraron varios coches, gracias a Dios el señor que me llevó era el jardinero y por medio del Nextel avisó a mis familiares lo que estaba sucediendo. Llegó mucha gente y a partir de eso ya no me acuerdo de nada, se me borró la memoria completame­nte. Sólo me acuerdo de la sangre y de mi respiració­n, te sientes asfixiada y en shock.

¿Qué pasó después?

Me mandaron a Connecticu­t a estudiar. Hablaba inglés equis, pero allá son súper racistas, de hecho, si hablaba en español me regañaban. De repente ni ballet ni nada, directito a “tienes que hacer un deporte”. Escogí futbol, porque soy mexicana, digo… ¿algo tengo que tener no? [risas] Después me cambié a field

hockey, el fut no era lo mío. Poco a poco me fui acostumbra­ndo, incorporan­do y camuflando con el estilo de vida gringo. Así crecí, me costaba mucho trabajo regresar a México y tratar de hacer lo que realmente quería, que era cantar.

¿Empezaste a escribir a raíz de eso?

En realidad empecé a escribir desde los 10. Antes de irme a Connecticu­t recuerdo estar en casa de mi abuela Estela (no podía quedarme en la mía por seguridad) aburrida porque no tenía cable. Tenía un piano, así que me puse a tocar y a escribir y salió mi primera canción, y yo así de “ay chihuahua”. Pero me fui y no pude darle seguimient­o a mi pasión. Ahí, para ser la más chingona, tenías que jugar field hockey, entonces me enfoqué completame­nte en otra cosa, en otra cultura, en otro país, en otro lenguaje… y todo cambia.

Pero siendo hija de Alejandra se te podrían haber abierto muchas puertas…

En realidad nunca tuve apoyo en esto de la música. Se lo pedí a mi mamá varias veces y, aunque nunca se negó, tampoco le dio seguimient­o. Teniendo todos los contactos del mundo yo no entendía por qué no me apoyaba en algo que ella presumía de mí. Porque lo hacía, siempre decía: “Frida Sofía canta divino”, y yo pensaba, “ayúdame”. Me pasó el teléfono de Paul Forat, yo no sé mucho de disqueras, pero sabía que no era un señor al que le podía hablar y decirle: “Hola, soy hija de Alejandra Guzmán”. Le pedí a mi mamá que le avisara que le iba a marcar, pero siempre me daba largas. Llegó un punto en el que dije: “Wey, sabes qué, sé realista, nunca vas a cantar”.

¿De chica vivías con tu mamá?

Vivía en la casa de mi mamá pero no con ella. Por su trabajo, estaba de hotel en hotel. Obviamente, al ser mamá soltera, me trataba de llevar a todo, pero cuando empecé la escuela todo se complicó. Me afectó, porque cuando me iba con ella me atrasaba mucho, o sea la frase “ponte al corriente” es lo peor que me puedes decir. Cuando me mudé a Estados Unidos me volví muy organizada, conocí lo que era la disciplina y la independen­cia porque estaba sola.

“La soledad, aparte de que me ha enseñado muchas cosas, me ha hecho crecer, y qué bueno.”

Pero tu papá siempre ha estado presente, ¿no?

Físicament­e no. Yo creo que lo ha intentado, pero también han habido cosas difíciles. Imagínate, él era un chavito de 19 años, mi mamá tenía 24 en ese entonces y estaba on top of the world, en la mejor etapa de su carrera, con todo el poder. No estoy diciendo “¡pobrecito de mi papá!”, pero en realidad se la pusieron difícil. Además, yo creo que en ese momento él no tenía esa estabilida­d mental o emocional para ser padre. Pero siempre ha tratado de estar ahí, eso sí, siempre ha tratado.

¿Te llevas bien con él?

Sí, muy bien y con mis hermanos me llevo a toda madre.

Y con su esposa entiendo que también muy bien…

Sí. Beatriz Pasquel siempre ha estado ahí, desde que yo era chiquita. Obviamente antes la veía como “la madrastra” pero nada que ver. Es muy buena persona, es linda, me ayuda y lo hace porque le nace. Beatriz me quiere.

¿Fuíste una niña muy sola?

Sí y sigo siendo una persona muy sola. Siento que la soledad puede ser un poquito peligrosa porque te encuentras. En realidad llega un punto en el que dices “qué flojera salir” o cuando estás con gente se contamina esa tranquilid­ad que a veces se consigue con la soledad. Yo prefiero estar con mi perrito chilling. Por otro lado creo que tampoco puedes vivir en una burbuja. La soledad, aparte de que me ha enseñado muchas cosas, me ha hecho crecer, y qué bueno. Imagínate que me hubieran dado todo… ya sabes lo que dicen que si soy la nini, la manzana podrida de la familia… ni idea tienen.

¿Has recibido esos ataques de tu familia?

No directamen­te pero dejan a la prensa que lo haga, les permiten que me pinten como la oveja negra, cosa que nadie quiere ser. Acepto, mi actitud tampoco es la más relajada. El hecho es que cuando alguien te ofende o te sientes atacada, tu instinto es defenderte, es natural. Ahora imagínate que te estén ofendiendo pero times a thousand, más la prensa. Todas las cosas que un adolescent­e experiment­a, la primera vez que sales con tus amigos y te emborracha­s y cosas así… lo mío era público, ¿me entiendes? Era imposible tratar de vivir una vida normal. Nunca me olvidé de la música, pero mi sueño de ser cantante se volvía cada vez más lejano.

Pero con Michelle te llevabas bien, ¿no?

Crecímos juntas, Michelle era mi ejemplo a seguir, en serio. Es guapísima y tiene mucho estilo; la prensa empezó esta rivalidad. Siempre me han comparado con ella, no entiendo por qué, no somos las únicas primas en la familia, ella tiene una hermana, ¿por qué no la comparan con Camila? Que comparen hechos. ¿Por qué no hablan sobre que ella no se graduó y yo sí? Tengo cosas malas, pero también buenas, igual que ella. No es una comparació­n simple, es cagarse en mí siempre. Lo que más me duele es que Michelle dijo que ella nunca hablaría mal de su familia, y tal vez no lo haga, pero tampoco hace nada por defenderme, dice que está muy ocupada, ahí se nota el apoyo que nunca me ha dado. Michelle siempre es la más bonita, y está bien, además todo es inyectable nowadays [risas], pero lo bonito, y no quiero sonar cursi, viene de adentro, tiene todo que ver con como traes el alma, eso se siente. La honestidad también se siente, y yo pienso que ella se ha vuelto parte de esta farándula y esta imagen tan… todo es un estándar, una idea de belleza imposible. No se puede vivir así, ya es tiempo de hacer algo más, de abrirnos, de hablar. “No hagas esto, los trapos sucios se lavan en casa”. No es cierto. ¿Sabes cuánta gente se calla abusos por eso? A mí me exhibieron desde chiquita, no me pueden pedir ahorita que me calle o que me encierre.

¿No has hablado con ella? ¿Se han buscado?

Nada.

Y si estuviera en tus manos, ¿te gustaría arreglar las cosas?

No, ya no me interesa. Era algo que tenía que sacar porque lo último que hizo me dolió mucho. Subió un post de Navidad a Instagram y, no es que no me haya taggeado, es cómo hizo las cosas. Para empezar, a mis otras primas que tienen tatuajes y no son de su pinta nunca las saca, ellas no existen para Michelle, cosa que se me hace una culerada. Después pone: falta @camilavale­ro (su hermana) porque no ha llegado y Frida porque no vino. Sin taggearme, sabiendo que tengo un Instagram y que si no estoy ahí es porque no puedo ir a México, ¿para qué me meciona? O sea, ¿qué parte de ese little post no tiene cizaña, WTF?

¿Por qué no puedes ir a México?

Por lo de mis papeles, estoy esperando la residencia y no puedo salir. Tema del que todo mundo habla sin tener idea. ¿Por qué hablan de mi situación migratoria? No entiendo.

En general se ha hablado y opinado sobre muchos temas… Mucha gente dice que es un truco publicitar­io; si así fuera, ya lo habría hecho mucho antes. Pero, en serio, ¿qué tipo de publicidad sería ésta? Se me hace tan asqueroso que la gente llegue a pensar que yo o cualquier persona pueda ser tan mala. Yo no me vi bien hablando de mi familia, lo sé, igual y no fue la manera, pero era la única esperanza que me quedaba. Yo estaba callada y enredada en una fantasía, seguía la novela de las Pinal, en la que todo “está bien”.

¿Fue tu manera de explotar después de tanto?

De vomitar, por eso empecé a cantar. Porque, ¿cómo quieres que cante si no puedo hablar? ¿Cómo puedo hablar si no puedo expresarme? ¿Cómo puedo expresarme si no puedo ser yo?

¿Con tu abuela, Silvia Pinal, tampoco te llevas?

No es que no me lleve, es que la veo en Navidad cada tres años. Todo lo que dicen de las Pinal, que somos una familia “desunida pero unida”, no lo entiendo. Eres o no eres.

¿Y no son una familia unida?

Para nada. Está claro que no somos unidas porque cuando pasó lo de mi abuela, ¿quién estuvo ahí? Nadie, ¿verdad? Le preguntaba­n a cualquiera y era: “Ay, es que no la he visto”. ¡Por favor, ya con el teatrito Pinal! Yo estaba muy enojada y no quería hacerle daño a nadie, pero tuve que hablar, escupí el veneno porque si no me iba a dar cáncer. Te lo juro que me estaba enfermando. Me dije, “si no hablas, si no haces esto por ti, no vas a poder vivir”. Y lo hice. Mucha gente decía que me iba a suicidar. ¡Por favor! Si no me he suicidado después de todo lo que me ha pasado no lo voy a hacer ahora y punto. Aunque me ofrezcan

dinero, si quieren mándenmelo por Paypal y ahorita me suicido [risas].

Respecto a todo el tema de tu mamá…

No he hablado con ella.

Pero, ¿cómo lo llevas?

Yo todo lo hago para liberarme, no para apuntar dedos. Es como cuando alguien pasa por la arena, deja una huella, punto. Ya que dejas huella tienes que dejar algo más. No es que mi mamá no se sepa comunicar, a lo mejor y lo está haciendo como ella sabe. El problema es que yo no puedo decirle cómo me siento sin que ella se ofenda o me diga “pues yo soy tu mamá”, eso fue lo que me hizo explotar. Estoy harta del “pues es tu mamá, pues es tu papá, pues es tu familia”, sí, yo sé, pero cuando te maltratan y cuando te hacen cosas que no están bien, no te las tienes que callar, es tóxico. La gente me dice que supere mi niñez, yo ya la superé. Lo que me estaba doliendo es ver las actitudes y el comportami­ento de mi mamá. Por ejemplo, con mi exnoviecit­o, Christian Estrada.

¿Anda con él?

Tú dime, porque yo estoy menos enterada que todos. Yo no hablo con ella, pero mi mamá es un persona que no se calla, es alguien que cuando algo es mentira dice: “Oye, qué onda, aquí no hay nada”. Y esta vez no lo negó. Digo, hizo un comunicado y ha ido a programas, pero cara a cara no me ha dicho nada. ¿Por qué no nos sentamos los tres a hablar? Porque yo también tengo mis preguntita­s. Si yo estoy dispuesta a sentarme enfrente de todo el mundo, live, para aclarar esta situación, ¿por qué ellos no? Se supone que no están escondiend­o nada.

Se lo has propuesto en algún momento…

¿Cómo la voy a buscar después de todo? En un show se derrumbó, empezó a llorar y en medio de la letra de “Llama, por favor”, dijo mi nombre. Sí, me dio sentimient­o pero, ¿por qué me dice ‘llama, por favor’? Ella sabe dónde vivo, no es que la llame yo o ella a mí, no somos novios, es mi mamá.

¿Tú la perdonas?

Sí, porque yo sé que ella está haciendo lo mejor que puede como persona. Me refiero a que cada uno tiene una manera distinta de amar. Mi mamá y yo siempre hemos aparentado una relación increíble.

Entonces la relación con tu mamá ha sido buena…

He tenido una buena relación con Alejandra, pero con mi mamá, no.

Hablabas que de chica viste cosas feas, te enfrentast­e a violencia psicológic­a…

Sí, violencia psicológic­a, pero también física. Tuve una infancia muy difícil, en realidad creo que no tuve infancia, y pienso que parte de mi inmadurez viene de eso. Puedo comportarm­e como una mujer hecha y derecha, pero de repente, me dan unos berrinches de niña de tres años. Yo me siento tranquila con todo lo que he dado, ya que todo me ha

nacido de corazón; no soy mala persona y nunca lo he sido. Soy rebelde y digo groserías, soy muy aventada, pero eso no tiene nada que ver con el tipo de ser humano que soy. Eso es lo que mucha gente no ve… porque, no se ve.

¿Harías un dueto con tu abuelo, Enrique Guzmán?

Estaría increíble, lo haría 100%. Es lo máximo, es quien es, él no tiene pelos en la lengua.

¿Y con tu mamá?

No, para nada, ya sería mucho para el público. Lo que sí te digo es que yo como madre no permitiría que nadie hablara de mi hija o de mi familia, punto.

¿Si pudieras cambiar una cosa de tu vida qué sería?

No haber cantado antes. Yo creo que todo lo pone Dios en el momento adecuado y por algo. Me callé tanto tiempo que ya me tropecé, ya me raspé, ya la cagué, ya me divorcié. Tengo 27 años y ya viví cosas de adulto, crecí muy rápido. Háblame de tu sencillo “Ándale”… Lo amo, es algo que ha estado guardado tres años. Recuerdo que lo empecé a escribir en mi casa, así just playing around. Después me escuchó un productor canadiense y, mira cómo son las cosas, invirtió en mí, empezamos a grabar canciones y saqué ésta. Todavía no lo puedo creer.

¿Tienes planes de sacar el disco?

¡Claro! Por fin me siento plena y segura para hacerlo. Antes no confiaba en mí y creía las cosas que decían los demás. Ahora me miro al espejo y digo, “oye, ¿qué te pasa? Así no son las cosas, nunca vas a ser perfecta, no todo se te va a ver bien y menos le vas a caer bien a todos”. Me fascina cantar, es lo que quiero, voy a sacar esto porque si no me voy a arrepentir toda la vida; prefiero fracasar a quedarme con la duda.

¿Cuándo lo vas a sacar?

Ahí va, ahí va, son canciones en español y en inglés, son historias, son sueños. Soy una persona muy metafórica, me gusta mucho explicar las cosas con otras palabras porque siento que así es la vida. La vida es mágica, en realidad tú eres el responsabl­e de hacer lo que quieras de la tuya.

¿Y en qué momento de ella estás?

En el mejor, te lo juro que haber vomitado todo lo que traía adentro me liberó. No era para lastimar a nadie, nunca haría eso. Yo sabía que iba a ser un tsunami y que la gente se me iba a lanzar, pero me dije: “¿Qué insulto nuevo voy a escuchar? ¿Qué me odian? Siempre me han odiado. ¿A qué me voy a arriesgar? ¿A que mi familia me deje de hablar? Nunca me hablan”. En ese sentido, ya no tenía nada que perder, de hecho, hablé para no perderme yo.

Te ves bien, irradias energía y felicidad…

Gracias, por primera vez estoy feliz, te lo juro. Hago lo que amo, estoy cantando y me gusta la persona que soy. Hoy llegué a posar a las fotos así de “¡waaaa!”.

¿Cuál es tu filosofía de vida?

Nada es para tanto.

“Yo me siento tranquila con todo l o que he dado, ya que todo me ha nacido de corazón.”

 ??  ?? Blusa, cinturón y aretes House of Findings Body Boho Hunter
Blusa, cinturón y aretes House of Findings Body Boho Hunter
 ??  ?? Saco Vintage y aretes House of Findings Falda No pise la Grama
Saco Vintage y aretes House of Findings Falda No pise la Grama
 ??  ??
 ??  ?? Saco Kris Goyri Body Boho Hunter
Saco Kris Goyri Body Boho Hunter
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Traje de baño
Maygel Coronel Collares House of Findings
Traje de baño Maygel Coronel Collares House of Findings

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico