NACIDO DE NUEVO

Gracias a la convivencia con sus compañeros de trabajo en el matutino Sale el sol, el conductor Roberto Carlo aprendió literalmente a vivir.

Roberto Carlo está totalmente agradecido con Sale el sol, la revista matutina que conduce desde hace dos años, y no sólo porque le ha abierto las puertas en México y el extranjero, sino sobre todo porque le cambió la vida a nivel personal.

“Con el programa he aprendido a tener una vida. Amo mi trabajo, desde niño me dedico cien por ciento a esto, pero vivía obsesionado con triunfar en la televisión, en el teatro, con tener un nombre, ser alguien. No digo que ya lo tenga, sigo trabajando en ello, pero ya aprendí que mi vida me apasiona tanto como mi trabajo. Ahora ya no sacrifico nada importante personal por un llamado”, dice el actor de 28 años.

El protagonista de la obra de teatro El juego de la cita –que acabó temporada en marzo– dice que mientras sus compañeros de programa se iban a sus casas al terminar la jornada laboral, él se quedaba en las instalaciones de Imagen Televisión.

“Veía que ellos salían del programa y se iban a sus casas, con sus hijos, y un día dije: ‘¿Y yo por qué todo el tiempo estoy aquí obsesionado?”.

HAY ROBERTO PARA TODOS

Este programa también ha ampliado a su público y la exposición que tenía ante los medios, lo cual, por cierto, le parece maravilloso. “Ya me siguen señoras, señores, abuelitas; me saludan más en el súper que en el antro. Ha venido también una evolución de mostrarme tal cual soy. No me molesta ninguna pregunta, nada. Comparto lo que quiero, porque hay cosas que son privadas, pero no me da miedo que me saquen una nota. Al contrario, me divierte. Hay que saber que esto es un show”.