CURIOSO Y FISGÓN: ASÍ ES BERNARDO AJA
Un estilo de vida y una forma en la que te comprometes con la fotografía... eso es para Bernardo Aja ser fotógrafo. Visitamos su estudio, el cual también es su hogar y un lugar que está lleno de piezas que son producto de su cámara analógica.
La originalidad de Bernardo Aja es un estilo que él mismo ha creado, un carácter al cual le pone responsabilidad, disciplina, calidad y esfuerzo. Retratista y fotógrafo, para él, la cámara abre puertas y es el medio para saciar su curiosidad. Nació en Santander en 1973 y ha trabajado en diferentes países; sin embargo, desde que llegó a América Latina tuvo un flechazo, especialmente en México, su actual residencia y un país que ha sido una pieza fundamental en su carrera. “México es un país que mueve, es un gran motor para los artistas”, nos dice Bernardo.
Le llaman “el fotógrafo fisgón”, alguien que se adentra a casas, a pasados y a historias ajenas. De hecho, eso es lo que culminó en uno de sus proyectos más especiales, llamado Entre Muros, y que ha sido exhibido en Madrid,
CDMX, Lisboa y Oaxaca. Su curiosidad lo llevó a contar historias de personajes y locaciones, capturas que también reflejan la historia de Bernardo. Se trata de una serie de fotografías que logran transportar a los espectadores a dos temporalidades diferentes, ya que en la obra se unen a familias que han mantenido lazos desde hace siglos, y se combina la estética contemporánea con objetos del siglo XIX y XX. El peso de la herencia, el testamento y la pérdida son elementos que están presentes en esta obra.
¿En qué anda el fotógrafo santanderino? En diciembre de 2020 estrenó su más reciente obra, Entre Roma y Condesa, una exposición fotográfica en el Mercado de México de Santander, en la que el artista refleja la unión entre escenarios distantes y parejos como lo son México y España bajo un concepto de tránsito y vida cotidiana. Una
vez más, Aja comprobó que la cámara es un medio que le permite acercarse a personas y a descubrir quiénes son. ¿Qué sigue para Bernardo? No lo tiene claro; no obstante, sabe que es un momento para profundizar y estructurar sus proyectos. Más importante, tiene presente que debe continuar con el estilo de vida que conlleva ser fotógrafo, así como sentirse a gusto consigo mismo y con su familia. Después de todo, eso, combinado con su arte y fotografía, van en el mismo coche.
“HOY, GRACIAS A LA TECNOLOGÍA, SON MUCHAS PERSONAS LAS QUE HACEN FOTOS, PERO EL EJERCICIO FOTOGRÁFICO NO TE HACE SER FOTÓGRAFO. SER FOTÓGRAFO ES MÁS BIEN UN ESTILO DE VIDA QUE EXIGE RECTITUD Y RESPONSABILIDAD”.