Los mejores lo han hecho
“Que no es copia ni imitación de otros, sino fruto de la creación espontánea y se distingue por su novedad”, es lo que vas a encontrar en el diccionario si buscas originalidad.
En mi opinión no existe tal cosa como la “creación espontánea”, incluso en este momento mientras estoy escribiendo imprimo en cada palabra la influencia que han tenido diferentes autores en mí, pues cada idea y chispa de creatividad provienen de nuestras experiencias, de todo aquello que hemos digerido a través de los sentidos y escupido frente a una hoja en blanco, un lienzo o una pantalla.
“Un buen artista copia, pero uno verdadero roba”, decía Picasso. Eso son los artistas, son perfectos ladrones, pueden robar absolutamente todo lo que quieran pero escogen algo que pesa demasiado y que sin embargo es intangible: momentos.
Ya sean de su propia vida o de las personas que los rodean, no necesitan permiso. ¿Te has preguntado en cuántas obras de arte has aparecido? ¿A quién has inspirado o destruido que aun así te ha concedido el honor de ser inmortal? Porque el arte es para siempre, trasciende el tiempo, la moda, ideologías y puede ser muchas cosas más pero no original, pues no es más que el resultado del conjunto de conocimientos adquiridos por una persona que es capaz de con lo aprendido transformar.
Es incluso una ley: “Nada se crea ni se destruye, solo se transforma”. Es por eso que el arte cambia al mundo así como el mundo cambia al arte, y es directamente proporcional porque si alguien levanta un muro para separarnos, vamos a pintarlo antes de hacerlo pedazos. No importa lo que el mundo les dé, los artistas van a usarlo.
Mi objetivo con éste artículo no es señalar que todo lo que hemos hecho o visto hasta ahora son nada más que plagios, sino todo lo contrario. Quiero que, sea lo que sea que estás haciendo, cuando alguien pase y te diga “se parece a…” sonrías. Porque significa que vas por el buen camino y nunca debes permitirte pensar que eres un pobre imitador, los seres humanos desde el día en que nacemos estamos copiando para aprender y nunca realmente nos detenemos.