Ya llegó la chispa al Centenario
El americanismo debe alegrarse. El festejo de los 100 años se ilumina con un técnico colorido, que comparte algo de la esencia con la de las Águilas: arrogancia, intensidad y un estilo atractivo. Ahora, los beneficios de este cambio sólo se harán patentes con buenos resultados y un título, el gran reto. Desde hoy apuesto que el Bigotón va a terminar el año con los pulgares de la tribuna para arriba. Veamos.
De entrada, en un solo día dio mejor espectáculo que casi toda la era Ambriz. Su llegada provocó movimientos, expectativa, en redes fue ‘trending topic’, desde que aterrizó hasta su primer entrenamiento, y su conferencia de prensa fue una delicia: ingenioso, directo, ocurrente, filosófico, eso sí, extenso. Entretenido a final de cuentas, que para eso es el futbol.
Desde estas líneas felicito a Ricardo por soportar crítica: del americanismo hambriento, también del malintencionado y del que no conoce mejores formas que el insulto. Le reconozco el golpe que da en la mesa, demostrando quién manda en lo deportivo. Los nombres de técnicos volaron, Romano era del gusto de una parte de la directiva, pero él no estaba convencido, soportó presión y colocó a su mejor opción. Sigue sembrando, veamos si cosecha más éxito.
En lo personal, Ricardo se ganó mi respeto, pues contrario a directivos de capacidad reducida para resguardar secretos de su club, cuya mejor salida es mentir (saludos al ‘nuevo Mirrey’ de Guadalajara), Peláez mantuvo su postura cuando recurrimos a él para saber cómo iba la decisión del técnico, envió mensajes contundentes y veraces que develaban sólo lo necesario, sin entorpecer su trabajo.
No creo que acepte que fue un error poner a Ambriz como técnico, al menos no de forma pública, pero con la contratación de La Volpe recompone el camino.
Por cierto, se las dejo botando: me dijeron que a Peláez ya lo quieren en otro lado. Ya será tema de otra columna.
Y cierro con otra felicitación: La primera entrevista de La Volpe tras ser elegido entrenador del América, casi saliendo de la oficina del patrón, no fue para Televisa, sino para RÉCORD, gracias al tremendo trabajo de Débora D’Amato. Enhorabuena, che. Vamos por más. Va por ti, querido lector.