El apoyo llegó desde la oficina

ste no era un Clásico cualquiera y los aficionados de Chivas y América hicieron todo lo posible por estar presentes en el Estadio Azteca.

Se jugaba la vida o la muerte de alguno de los equipos para acceder por su boleto a la Gran Final de la Copa MX. Este miércoles era dejar todo, pero para los que trabajan la presión se vivía al máximo.

No es fácil circular por la Ciudad de México en un día laboral a las 7 de la noche, pero en un Clásico Nacional se hizo casi imposible hacerlo por el sur cerca del Coloso de Santa Úrsula.

Javier y Marcelo son dos de los cientos de aficionados que llevaron su camiseta escondida bajo el traje y la corbata, para que en cuanto fuera la hora de salida se transformaran y pudieran llegar sin contratiempos al inmueble.

“Nosotros salimos a las seis, venimos a ver ganar a las Chivas, todavía nos falta otro compañero que sale a las 8, ojalá que llegue porque el tráfico se puso muy pesado en este sector de la ciudad”, argumentaban los famosos ‘Godínez’.

Quien también sufrió del miércoles laboral fue el Club América, que por salir a las siete en punto del hotel Camino Real ubicado en la zona sur de la ciudad, llegaron después de casi 40 minutos de trayecto, con todo y que venían escoltados por elementos de tránsito para tratar de que llegaran a tiempo al estadio.

En taquillas los boletos ya estaban agotados, pero a las nueve en punto para dar inicio al encuentro apenas la mitad del estadio estaba ocupado, los alrededores del Azteca habían hecho difícil el acceso y no fue hasta algunos minutos después cuando se pudo ver una mejor entrada para el encuentro que movilizó a las dos aficiones más grandes de nuestro país.