El descenso amenaza el estilo de Jémez
“Si estuviéramos esperando a que la gente nos recordara por lo que ganamos, nos perderíamos en el olvido”, reflexionaba Paco Jémez en charla con la revista ‘Panenka’ en marzo de 2015. “No siempre estás en el sitio indicado para lograr la victoria, pero siempre estás en el sitio indicado para salir orgulloso de cómo has jugado, de cómo has interpretado el futbol”, explicaba el entrenador español, que en la época dirigía al más pobre que modesto Rayo Vallecano.
Entre las pilas de revistas que estorban en un rincón de mi casa, que mi mujer amenaza cada semana con desvanecer de la faz de la Tierra, logré encontrar la edición de esta publicación que se genera desde Barcelona, la #39, con el peculiar entrenador en portada. El momento que atraviesa con Cruz Azul, que ha provocado tan polémicas conferencias de prensa y entrevistas, me pareció oportuno para revisar lo que decía cuando dirigía al club de Vallecas, con el que conquistó más prestigio que galardones o partidos.
“Hay grandes técnicos que no han ganado un título en su vida y son muy buenos; los mejores acaban en los grandes equipos y por eso tienen posibilidades de levantar títulos, pero hay otros de carreras fantásticas que no tienen posibilidades de levantar títulos”, pensaba el entrenador hace casi dos años.
Hoy ya dirige a un grande. Pero no se va a acercar a ningún título, al menos no en este torneo, ni en Copa ni Liga. Eso sí, su Cruz Azul entretiene. La temeraria alineación que mandó en el Clásico Joven, con defensa de tres centrales, presagiaba un partido abierto, como se dio, pero pagó caro la osadía de aumentar ofensiva con un experimento.
No critico que lo intente, al contrario, aplaudo las propuestas ofensivas, ¡pero no por primera vez hasta la Jornada 8! Y en el Azteca. Lo había hecho en Copa a media semana, pero en Liga fue todo nuevo: alineación, dibujo táctico, indicaciones por posición. Encima, el karma celeste: dos errores graves del árbitro, que dio por válido el primer gol del América y no marcó un penalti. Fue de alto riesgo la apuesta, la recompensa lucía apetecible, fabulosa. Pero la perdió, con un costo elevado.
Jémez no se va de La Noria, los patrones y la directiva encabezada por el Yayo de la Torre confían que el español logre los resultados. Ahora viene el dilema que ansío ver cómo resuelve: me quema las entrañas saber si el entrenador azul modifica (traiciona, estarán pensando algunos) sus convicciones futboleras en busca de esos puntos que ahora urgen ante el terrible panorama del descenso, que acecha a La Máquina como nunca en torneos cortos.
¿Jémez cambiará ahora, buscará ‘ganar como sea’? Para mí, no lo hará. Tratando de descifrar a Paco a través de sus palabras, incluidas las que ha vertido en sus enfrentamientos con la prensa mexicana, esa a la que parece temerle, no cambiará, se va a morir con la suya. El problema será si la esperanza de Cruz Azul se muere con el español. Qué tremendo debate, qué ocasión para enfrentar al espectáculo contra el resultado. Que gane el mejor.