Trapecista
Monarcas vive un calvario desde hace dos torneos
Desde que se inmoló en el Apertura 2014 (último de la tabla con 10 puntos) y en el Clausura 2015 (posición 18 con 13 unidades) al jugar con mayoría de juveniles y sin ningún tipo de protección al error, Monarcas ha vivido un calvario que lo tiene caminando en la cornisa.
Orilla peligrosa que por momentos pareció sacarlo de quicio y destilar impotencia ante la enorme cantidad de ocasiones que sus rivales de pena le entregaron en estos dos años.
Puebla, Chiapas y Veracruz con sus problemas bien arraigados y mucho más acostumbrados a la quema, colocaron bajo presión al conjunto michoacano que durante mucho tiempo no supo cómo aprovechar los márgenes del abismo.
Hasta Enrique Meza, un todopoderoso del futbol azteca, se vio rebasado por la situación y contra pronóstico fue retirado del cargo.
La dolosa gestión de Marini únicamente presagiaba lo peor para La Monarquía. Varios se negaron a agarrar la ‘papa ardiente’ y los otros que se ofrecieron no llenaron las expectativas de la dirigencia.
Ante la premura y circunstancias, lo que era otro ‘bomberazo’ de Roberto Hernández, ahora junto a Eugenio Villazón, antiguo auxiliar del ‘Ojitos’, vaya usted a saber si hubo un ‘medio arrepentimiento’ de los directivos hacia el Profe Meza; Monarcas les entregó las llaves del zaguán y ‘háganle como puedan’.
Claro está, que entre los planteles de la quema, el michoacano luce en el papel ligeramente mejor, pero en la práctica no existe diferencia marcada, de ahí que el asunto del sábado en el Morelos (estadio que debió ser vetado por la botella que casi impacta a Sambueza) pasaba más por un acto de temple.
Juego de pocas llegadas, pero con un Gallese enorme que le sacó una bola impresionante a Vegas; susodicho que evitó el gol de Velázquez con una espectacular barrida. Choque parejo y discreto, con mayor posesión de Monarcas y definido con un penalti en donde la imprudencia de Álvarez rebasó por mucho la intención o la maldad de detener a Loeschbor.
Ruidíaz facturó y cuando parecía que Monarcas amarraría con tranquilidad el resultado, dejó escapar con Cuero la amplitud del marcador y por poco en extremis le empata el Tiburón.
Duelo acorde a las necesidades de ambos y a la escasez de técnica y táctica del momento que pasan.
El equipo de Hernández por fin supo lo que es ser penúltimo del porcentaje, dejando con mayores obligaciones al cuadro de Reinoso.
De paso, Jaguares quedó a cinco de Veracruz y con ocho fechas por delante parece que lo único cierto es que Puebla por ahora ya no luce cómplice de esta historia.
Monarcas sólo tiene tres partidos más como local por cinco salidas, tópico que no es menor más allá de que últimamente da la cara fuera del Morelos.
Historia larga todavía la del descenso y más para el cuadro purépecha que una vez tuvo el afán de darle un giro a sus costumbres lanzándose del trapecio sin revisar las condiciones del circo, y hoy casi tres años después, sigue esperando que alguien le ponga la red.