Neymar
no le creen a Neymar.
Hoy los invito a reflexionar sobre el “efecto Neymar” en nuestros propios retos; cuando dramatizamos o nos hacemos víctimas frente a situaciones en las que tenemos que aceptar nuestra falta de preparación, al reprobar un examen y querer culpar al maestro, al no ganar un partido y culpar al árbitro, o no tener un éxito profesional y querer buscar responsables tirándose al piso fingiendo.
Siendo víctimas y haciendo berrinches, sólo empeoramos las cosas. La propuesta es encarar con dignidad, siendo honestos y frontales. Asumir errores, pedir una disculpa sincera, levantarnos rápido frente a los problemas y tratar de solucionarlos.
Neymar parece que juega en el piso, reclama, grita y se tira, hace perder el tiempo de los demás jugadores. Hoy se le conoce más como actor que como jugador, pasa de lo mágico a lo ridículo, tendrá que hacer mucho en la cancha para quitarse la fama que hoy se ha ganado. Lo mismo nos pasa cuando de todo hacemos drama y no hay razones para hacerlo, en el futuro nadie nos creerá.
No le aprendamos eso a Neymar, seamos francos, no inventemos historias falsas, levantémonos rápido y sigamos jugando sin quitarle el tiempo a los demás. Menos drama y más acción.
“Revitalízate, vuelve a la esencia de lo que te da el éxito”.