ARDE BAJO ABANDONO
El bicentenario Museo Nacional de Brasil no contaba con sistema para prevenir incendios como el que lo redujo a cenizas el pasado domingo
Incredulidad, rabia, tristeza e impotencia, son los sentimientos que despertó el incendio dominical que consumió en su totalidad al Museo Nacional de Brasil, una joya invaluable de la cultura mundial. Más aún cuando se dio a conocer que el recinto estaba en el abandono y ni siquiera contaba con sistema de prevención de incendios; éste se esperaba instalar en el futuro con un crédito del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social por 5.4 millones de dólares (102 mdp).
Además, el fuego pudo haber surgido en lo alto del palacio a consecuencia de un ‘globo de cantoya’, artefacto que prolifera a mediados de año, por las celebraciones cariocas conocidas como ‘juninas’. La teoría no es descabellada pues el centro expositor Riocentro, también en Río de Janeiro, se quemó en julio por esa causa.
El edificio que fuera sede de la familia imperial, en el siglo XIX, y de la firma del acta de independencia, albergaba gran parte de la memoria brasileña, pero, según Cristiana Serejo, subdirectora de la institución, sólo 10% de las 20 millones de piezas del recinto habrían sido rescatadas: “parte del acervo de invertebrados, vertebrados y botánica... Fueron retiradas algunas cerámicas, piezas minerales y los meteoritos”, expresó.
“Luchábamos hace años por recursos para preservar adecuadamente todo lo que fue destruido hoy” Luis Fernando Duarte | Vicedirector del Museo Nacional de Brasil