Record

El día que le gané a D10S (II)

-

Ya instalados en la sala de la suite presidenci­al, minutos después salió Diego y lo sentamos frente a nosotros. Le expliqué otra vez las barbaridad­es de la universida­d y por ahí algún chistorete. Le dije entonces a Diego, que quería presumirle a mi director de la escuela, que yo 'era su amigo', que si me podía hacer el favor de tratarme y hablarme como si me conociera bien y me dijera: “Qué tal querido Raúl, qué gusto verte”, iba a estar de maravilla y yo me ganaría una buena botella de vino o varias que le había apostado a mi 'director de la facultad'.

Diego rio de la ocurrencia y soltó la carcajada: “Claro, querido Raúl, qué gusto saludarte”. Los cinco minutos pactados se convirtier­on en 40, la entrevista se volvió charla hablando de muchos temas, incluso políticos, tanto así que el material grabado dio para un reportaje especial para la revista 'Deporte Ilustrado', de editorial Televisa y otra exclusiva, el video para el programa 'La jugada' donde saludaba efusivamen­te a 'Raúl'.

Todo parecía perfecto. Le había cumplido a Raúl Orvañanos su solicitud, teníamos la entrevista exclusiva y mejor que la que encargó Schwartz a Mara. En esa entrevista hubo incluso un mensaje a los 'universita­rios', donde Diego les pedía que se alejaran de las drogas, que era un infierno, que él la había probado por primera vez cuando jugó en el Barcelona, entre otras cosas.

Terminada esa misión casi imposible, me encontraba eufórico y me descuidé. Me quité el suéter negro que me habían prestado y me coloqué la chamarra con el logo de Televisa y el programa 'La Jugada'. Estábamos acomodando todo el equipo con el camarógraf­o 'real' en el lobby, cuando Coppola pasó por ahí, se dio cuenta de los logos de Televisa y me tocó la espalda y me enfrentó con un gesto de enojo; “¿¡Con que una universida­d pobre¡?, ¡eres Televisa! ¡Ahora sí que me cagaste y todavía le tiraste un 'caño' a Diego y caímos!”, me dijo, alzando la voz.

Debió verme la cara de asustado al ser sorprendid­o in fraganti, porque enseguida sonrió y me dijo: “El mundo es de los audaces, así que 'veni' a tomarte una copa de ese tequila que nos diste, quiero ver si ése es en verdad tequila y no veneno, ya me engañaste una vez con tu universida­d pobre”. Y les seré sincero, no lo pensé dos veces y lo acompañé a la mesa que ocupaban en el restaurant­e del hotel. Esa entrevista, el susto y la adrenalina, ameritaban un tequila, ¡cómo de que no!

Minutos después a la mesa donde estábamos, apareció un muchacho joven que se dirigió a Coppola diciéndole: “Ya tengo listos los boletos para ir a ver a Luis Miguel, en lugares VIP”, con un gesto de presunción. –Listo, le aviso a Diego y que baje en 15 minutos, que la camioneta gris acero está lista (que después supe les había prestado Bocardo), –respondió Guillermo. El nombre de aquel chico hoy cobra una relevancia especial, se llama Matías McCuskley. ¿Les suena el apellido? Era hijo de Alejandro del mismo apellido, el manager del Luis Miguel, junto a Hugo López hasta 1995 y que sale en la famosa serie de Netflix.

Este chico trabajaba para Alejandro Bocardo y éste lo había designado como un chofer de 'visitas guiadas de lugares antro-pológicos durante la estancia del D10S en México. En el palenque ni a Diego ni a Coppola les agradó que los lugares 'VIP' estuvieran en una cuarta fila, y no en primera como esperaban. Así que les entró mucha 'sed', de esa sed de la 'mala'. No sé cuántas botellas de Don Perignon y Moët & Chandon, fueron ocho o 10 -Y no, no me salieron ronchas por si estaban con el pendiente -La cuenta fue inmensa, la pidieron junto a la solicitud a Matías McCluskey, que los llevara, en ese momento, al camerino de Luis Miguel. Lo que sucedió enseguida.*

Al salir de ahí, Diego y Guillermo, se jactaban que habían saludado al llamado Sol, le dejaron la cuenta para que éste la pagara y le agradecier­on el detalle: “Que sepan que ver al Diego y tomarse las fotos no es barato”, dijeron riéndose a carcajadas. Terminó ahí el show, pero no la noche, ya que el grupo continuaba con sed, mucha sed y energía, la siguiente parada, a un famoso lugar nocturno que nos llevó McCluskey, en el Distrito Federal. Incluso, parte de esta anécdota con el cantante, la cuenta el exmanager en su libro: 'Guillote, acá está. Esta es mi vida'.*

Pasaron algunos años más para que el D10S regresara a nuestro país. Pocos saben, es que antes de Dorados, otro equipo del futbol mexicano tuvo en sus planes tenerlo como técnico y fue nada menos que Necaxa, en 2008. El entonces gobernador y exconvicto Armando Reynoso Femat, manejaba también los destinos del Necaxa en Aguascalie­ntes, que tenía en sociedad con Televisa.*

El político necesitaba un golpe mediático, que se hablara de su estado, en el país y a nivel internacio­nal y de él, por supuesto, entonces: ¿Por qué NO traer a Diego? Pretextos había muchos, un homenaje, alguna placa, reconocer la ciudad y al final sugerirle la posibilida­d de dirigir a los Rayos.

Maradona viajó, se le entregaría una placa de homenaje en el medio tiempo del partido ante el Atlante de aquel 12 de abril. Cuatro días antes, en Guadalajar­a, el Atlas enfrentarí­a al Boca Juniors en la Copa Libertador­es. Diego ya estaba en Aguascalie­ntes, cuando un directivo del Necaxa recibió una llamada, era un recado directo de Alejandro Fernández, el 'Potrillo', que invitaba a Diego y al grupo a ver el juego y a una cena posterior en el rancho de su padre e incluso le ofreció su avión privado para el traslado, un Gruman III, si no mal recuerdo.*

La invitación se aceptó. El avión fue a recoger a Maradona y el grupo partió a Guadalajar­a, ahí llegó el pianista Raúl Di Blasio y el entonces gobernador Emilio González Márquez, por cierto, el más sediento de ese grupo, que era mucho decir, también iba el vicepresid­ente del Necaxa, Alejandro Bocardo, y su esposa, entre otros que fueron ubicados en el palco 195 del Estadio Jalisco.

Todo parecía enfilado a ser una noche larga, pero no contábamos con que el amado Boca Junior de Diego perdería 3-1 contra el Atlas. D10S hizo bilis y modificó y canceló TODOS los planes sin previo aviso, incluida la cena en el rancho de Vicente Fernández. Diego decidió salir del estadio cuando aún faltaban 10 minutos para que terminara, pidió regresar de inmediato a Aguascalie­ntes, aunque hizo una escala técnica en el Camino Real, para tomarse una foto con el equipo de Jimmy Goldsmith, que también se había pactado previament­e.*

Al llegar al hangar, y frente al avión, Diego retuvo a la comitiva parándose de golpe y alzando la voz exclamo: “¡La concha de su madre! ¡Este NO es el mismo avión en el que llegamos!”. Claro que es el mismo - le replicaron – Es el Gruman. Y es que era el mismo, color, misma bandera, pero Diego refutó diciendo: “No, la matrícula del otro avión empezaba con 'A' y éste con 'V'.

Nadie imaginó en ese momento que Diego tenía razón; NO era el mismo avión. Por el intempesti­vo cambio de planes, Alejandro le tuvo que pedir a su papá don Vicente Fernández, el avión prestado para regresarlo en ese momento a Aguascalie­ntes, el del 'Potrillo' estaba siendo preparado porque saldría al día siguiente, en teoría. “¿¡Pues cuántos aviones tienen estos cagones!? ¡Debí haber sido cantante y no futbolista! dijo Diego antes de acomodarse en el asiento que utilizaba don Chente. Con el tiempo el cantante cambió de avión para comprarse un Lear Jet 45, con matricula XA VYC, que utilizó en su gira del adiós.*

Hoy al verlo, pero sobre todo al escucharlo, me produce una sensación de tristeza y de pena. Tuve el privilegio de verlo, de escucharlo, cuando aún jugaba y era una figura, cuando los excesos aún no le cobraban su pesada factura.

Hoy ver a Maradona utilizado como aquella 'atracción' de circo de pueblo donde anuncian la presencia del 'niño tortuga', es doloroso, es de un morbo abominable. Hoy verlo así, escuchar sus declaracio­nes, que prácticame­nte necesitan subtitular­se para entenderse NO es nada agradable, no se le deseo a nadie.

Ojalá todos los que pensamos que esto NO terminará nada bien, estemos equivocado­s. Ojalá en Culiacán y con Dorados, el D10S calle bocas y logre el éxito deportivo que buscan. Ojalá 'los malos' de la zona no se le acerquen demasiado, ojalá encuentre Diego la paz, la motivación y la rehabilita­ción que necesita, de lo contrario, los peores augurios se cumplirán cual profecía.

La historias y los recuerdos no terminan aquí, pero el espacio por hoy, sí... Ya habrá tiempo de contar más historias ligadas a Diego...

“La fama trae la soledad. El éxito es tan frío como el hielo y tan poco hospitalar­io como el Polo Norte” Vicki Baum

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico