Toma el mando

Hacía falta un líder en el arbitraje mexicano. Francisco Chacón, con su jerarquía, personalidad y credibilidad, ha tomado ese papel. Se involucró en la Asociación Mexicana de Arbitraje (AMA) y eso lo perjudicó. Ahora que está fuera de esa grilla, volvió al nivel que lo hizo dirigir una Semifinal de Copa América. Ha vuelto a estar muy por encima de “la tropa”.

Entre quienes hicieron muy buenos trabajos en la recién celebrada Jornada 9, destaca Luis Enrique Santander (Veracruz 2-3 Toluca). Tomó buenas decisiones; la marcación del penalti a favor del Toluca fue correcta, también condujo con criterio adecuado.

La nueva promesa entre los silbantes mexicanos se llama Óscar Mejía, el responsable del Pachuca 1-1 Tigres. No se metió en problemas, sancionó lo necesario y -al igual que Santander- condujo correctamente el juego. Si los responsables de la Comisión de Árbitros saben asesorarlo y corregirle los pequeños detalles que aún le fallan, seguro

podrá consolidarse como un nazareno importante dentro de la Liga MX.

Los que decepcionaron fueron Fernando Guerrero y César Ramos. El primero fue muy irresponsable al no cambiar los uniformes antes del arranque del Santos 3-0 León, y hacerlo hasta el minuto 28 de forma amateur. Se vio muy localista al no expulsar al minuto 14 a José Abella. Por su parte, César anduvo muy sobrado en el Necaxa 2-0 Cruz Azul; no mostró dos tarjetas rojas claras, caminó en exceso y menospreció el partido. De él realmente se esperaba algo diferente en este partido y todo lo que se vio fue irresponsabilidad y soberbia.

Lejos de consolidarse en el arbitraje están Eduardo Galván y Fernando Hernández. Galván Galván no tiene la menor idea de lo que es el arbitraje, no sancionó dos penaltis (América 2-1 Morelia) y su técnica y ubicación son pésimas. En el caso de Fernando, cuando crece el partido no sabe qué hacer, se pierde y se presiona demasiado; la expulsión de Reyes (Atlas 0-1 Xolos) no tenía respaldo reglamentario, fue ridícula.