Elección de DT, en función de la visión

Me ha tocado vivir cambios de técnicos en distintos equipos de primera división, así como en la Selección Mexicana. Un tema complicado es que los nuevos entrenadores llegan como gurús. Quieren traer a su equipo de colaboradores y no aprovechan, en muchas ocasiones, los recursos que las instituciones tienen. No siempre los técnicos se acompañan con lo mejor de lo mejor. A veces son casi tribus que se protegen entre sí.

En la mayoría de los casos llegan como salvadores y quieren imponer sus prácticas en temas de preparadores físicos, medicina, fisiólogos, nutriólogos, creencias psicológicas y, obviamente, las futbolísticas.

El técnico que llega debería alinearse a la visión y al propósito institucional que, por supuesto, es más importante y trascendente que las ideas de los recién llegados.

El efecto que más observo es la territorialidad, en donde las reuniones con los jugadores son casi secretas e integrar líderes institucionales es difícil. Se les ve como ajenos y a veces hasta amenazantes. Esto no permite la colaboración ni el intercambio de ideas.

Este tipo de situaciones son en realidad un problema de actitud. Es necesario redefinir el rol de los técnicos y aprovechar a las nuevas generaciones para crear un estilo de trabajo colaborativo.

Es importante crear sinergia entre los que ya estaban y los que a penas se están integrando a la institución. Esta es la mejor forma de aprovechar tanto el talento acumulado como las nuevas ideas.

Con una visión fuerte y un propósito bien definido, el cambio de técnico no debería hacer tanto ruido. Podríamos hablar incluso de que se genera mucha más sinergia y aprendizaje en comparación a la propuesta típica a qué jugamos, qué nos de identidad y cuál es la propuesta futbolística.

Propongo que la Federación siga trabajando con los mejores de México en las distintas disciplinas, que genere una visión de largo plazo y elija al nuevo técnico que pueda alinearse con estas ideas y sepa hacer equipo con los que ya han estado colaborando, no venir a aprender del ensayo y el error.

Deseo ver a una selección fuerte, con rumbo y destino bien definidos.

“Revitalízate, vuelve a la esencia de lo que te da el éxito”.