Cuarto clasificado...
Y con argumentos sólidos para competir en la Liguilla, se trata de Cimarrones de Sonora, que aseguró su lugar en la Fase Final, en gran medida este logro se debe a Héctor 'Pity' Altamirano, quien en su incipiente carrera da muestras de que la nueva generación de entrenadores mexicanos viene fuerte, con deseos de trascender y sobre todo bien preparada.
Altamirano es el claro ejemplo de que la formación es importante y el exjugador de Cruz Azul y Santos Laguna, tras retirarse, encontró en Gallos de Querétaro una buena plataforma para desarrollarse, desde la categoría Sub 15 hasta llegar a auxiliar técnico del primer equipo de Querétaro.
Cimarrones tiene ideas claras de lo que pretende en el terreno de juego, un equipo compacto que pondera el buen trato del balón y que es generador de lo que los expertos llaman “volumen de juego”, que no es otra cosa que llegadas a la portería.
Es de resaltar y reconocer que Altamirano ha conformado un equipo impetuoso y que pese al poco presupuesto que hay en la organización, tuvo la certeza de armar un grupo de futbolistas talentosos y combativos.
Es una realidad que el conjunto sonorense no tiene jugadores resolutivos o referentes en el Ascenso MX, como Bravos de Juárez, Mineros de Zacatecas o Atlético de San Luis, que por infraestructura, inversión y calidad de su plantel tienen la obligación de trascender, primero en la categoría y después por acceder a la Liga MX; en cambio, en Cimarrones, aunque limitado en presupuesto, se nota que Héctor Altamirano llegó a esta organización para trascender profesionalmente en lo individual y de paso en esa inercia llevar también a los norteños.